"Mire usted, qué fácil le resultaba tratar de transformar el Mapocho en el Sena. Puro arribismo colonialista, intentar domesticar con terracitas y botecitos parisinos a nuestro roto Mapocho, quizás lo único rebelde que le va quedando a esta ciudad. Qué delirio, míster Piñi, ¿por qué no se va a Europa si ve que nunca va a poder blanquear la porfidia cochambre india de nuestra raza? Creo que todo el país se acuerda de usted formando parte de la nata panzona del derechismo empresarial. Por entonces, en aquella época de terror, quien hacía fortuna de alguna manera, era a costa de las garantías de la represión. Usted llenaba sus arcas, don Piñi, y nosotros sudábamos la gota gorda, o la gota de sangre. Fíjese que no se nos ha olvidado y nunca se nos olvidará, aunque a usted le reviente que el pasado aflore cuando menos se lo espera. Ni a usted ni a sus yuntas de pacto les conviene el pasado, por eso miran turbios y amnésicos al futuro."
De Háblame de amores (Seix Barral, 2021 para su tercera edición chilena) de Pedro Lemebel, p. 190.
Hoy que es Día Mundial de los Derechos Humanos y aniversario de la muerte de Pinochet.
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