viernes, 8 de septiembre de 2023

Las comparaciones

Estaban sentados bajo una sombrilla que ya no daba sombra comparando las condiciones de trabajo de cuando ellos eran jóvenes con las actuales. Las suyas de entonces eran mucho peores que las de ahora, claro. Se daban la razón los unos a los otros. El que más hablaba acababa de bajar del tejado de una casa de la Calle Alta de catorce pisos. Estaba anocheciendo y él tenía algo más de sesenta años.

Oye, dame fuego que me he olvidado el mechero en la obra, le pide al camarero que había salido a la puerta del mesón a fumar. De mediana edad, de uniforme.

Se acerca a su mesa de la terraza arrastrando los pies y cabizbajo. Se para, le alcanza el mechero y mientras espera a que el otro prenda el cigarro, tira el suyo consumido al suelo, lo aplasta y frota con el pie.

Eso es lo que hacen los perros al cagar, salta uno.

Eso es lo que me dijeron a mí al echarme de casa: vete, perro, espeta él.

(Silencio)

El otro le devuelve el mechero y el camarero regresa al mesón como vino, arrastrando los pies y cabizbajo.

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