Últimamente me están creciendo las orejas de tanto batir palmas con ellas: se está jubilando toda esa ferralla que sacó plaza en la administración pública en los setenta y ochenta; ésas que utilizan la mesa de reuniones para sacar patrones de costura o ésos que cuando haces una búsqueda en su ordenador todos los anuncios que te salen asociados a los resultados son porno.
- Oye, que estoy tratando de coincidir contigo pero no lo consigo.
- Ya, es que mira que si coincidimos y me mandas algo.
- Caramba, pues sería lo suyo, ¿no?
- Bueno, pero es que yo ya estoy a punto de jubilarme.
- ¿Y cuánto te queda?
- Un par de añitos.
Ésta fue la primera conversación que tuve que mantener por teléfono con una de mis administrativas nada más sacar plaza. A nadie de mi entorno laboral le sorprendió.
Hoy me he enterado de que uno menos, esta vez informático. Este informático era una auténtica lacra. Poco a poco se va limpiando la casa.
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