miércoles, 9 de noviembre de 2022

Alubias autóctonas del Nansa y "perros lobu"

Llegamos al final de Zarcea, al barrio que colinda con el monte, y encontramos a uno de los hermanos en el huerto. Se acercó al vernos y le preguntamos por el maíz que tenía y sí, era el de la familia, el de siempre, muy diferente del que estamos acostumbrados a ver en el súper. Salió entonces el otro hermano de casa y seguimos hablando: de la fuente Terana, de la trinchera de donde procede la piedra negra que adorna los dinteles de algunas casas, del invernal de Zarceíllu, de las cachas que señalan las distintas partes en que se divide el pajar, de picayas y cibillas que tenían en agua, de caminos y nombres de lugares. Nos invitaron a comer.

Compartimos nuestro queso.

Nos dieron alubias para llevar.

La alubia es la de casa. Es verde y con un punto negro, como si fuera una mezcla o estuviera a medio camino de verdina asturiana y caricu montañés. No es el fisán montañés. No hemos visto otra igual. Lo que está claro es que se trata de una variedad montañesa autóctona.

Estuvimos hace al menos dos años. No sé si las alubias que nos dieron y metimos en un bote se conservarán. Las guardamos porque eran pocas y nuestra idea era dárselas a una amigo que tiene restaurante en Cabuérniga, por si él es capaz de sacarle más partido que nosotros. Pero no se las hemos dado todavía.



Se acercó el perru lobu:



También él autóctono.


Esta raza de perro es conocida pero no reconocida. Es algo común en Cantabria, el pasotismo de la administración.

Otro perru lobu, esta vez del pueblo de Valle:



El vecino de Cabuérniga nos dijo que su nombre se debe no a que se parezca a un lobo si no a que procede del lobo. Es una raza muy querida. Se la tiene por valiente y noble.

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