jueves, 2 de febrero de 2023

El origen de la elegía

Me sacó del monte una vez que lo necesité y desde entonces somos amigos. Es vecino del pueblo que está al pie. 

Fuimos a pasar un día arriba. Le pregunté por un tejo que hay rodeado de piedras haciendo círculo. Es de un amigo que se mató, respondió.

No te habré llorado abajo que he tenido que venir a llorarte aquí ni sé las veces, dijo.

Y así asistí al nacimiento de la elegía, a la expresión formulaica pero no por ello menos sentida de la pena de mi amigo por su amigo.

Cambiamos de tema y seguimos caminando monte arriba. Estaba todo crecido. La niebla prendida de las ramas altas.

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