sábado, 24 de agosto de 2019

Variedades de uva plantadas en Laredo, s. XIX

"Apenas sí había prados en el término. Los viñedos constituían la riqueza, que por el año 1846 se cosechaban, aproximadamente, de 26.000 a 30.000 cántaras de chacolí.

En el mes de febrero se hacían los emparrados con tallos de chopera, de una altura, por lo regular, de medio metro.

Se cultivaban cepas de las variedades conocidas por San Bartolomé, uva que daba un caldo fuerte y denso; Riojana -un caldo intermedio- transparente; Vasconil -de caldo delgado-, y Pedazuelo -uva pequeña y dulce."

Maximino Basoa Ojeda, en Laredo en mi espejo (1932).

viernes, 23 de agosto de 2019

Ciervo grabado en cabaña de pastor

Según Ramón Santiuste Acha, en Campoo: Montes, valles y cabañas (Gobierno de Cantabria, 2005), hay un ciervo grabado en la cabaña de Cirezos. Sería genial encontrar o en su defecto hacer foto.

miércoles, 21 de agosto de 2019

Sopa de nido de ave y corteza de cerdo

La sopa de nido de golondrina es patrimonial china. Se hace con el nido no de golondrina sino de salangana o aerodramus, que utilizan para su construcción prácticamente en exclusiva saliva, la suya.



El abuso ha llevado a este ave al borde de la extinción, lo cual ha encarecido extraordinariamente el producto.

Tal y como aconteció con la angula, se está empezando a experimentar con productos sustitutivos, destacando la corteza de cerdo, por su textura, muy parecida a la de los nidos.

Es una vía de trabajo interesante.

martes, 20 de agosto de 2019

Sintoísmo pasiego



Peregrinación a la Virgen de Valvanuz, en el Robledal de Todos, al par de una surgencia de agua donde dicen que el día de la patrona hay que beber siete veces para que se cumplan los deseos.

Esta Virgen prefirió quedarse en el monte. En la iglesia hay una réplica.

lunes, 19 de agosto de 2019

Muruza, 4



"Estas fincas costeras son hoy en su mayoría prados y huertas de altos muros de piedra armada en seco, sin aglutinante. Pero en su origen es probable que fueran viñas."

En "Viñales", aquí.

sábado, 17 de agosto de 2019

Cantares de nodrizas pasiegas

Quédate con Dios, Madrid
que yo me escurro a Pisueña,
que allí me espera el pasiego
que pueda quitar mis penas.

Ojos que te vieron ir
caminito de Espinosa,
¡cuándo te verán volver
por esa Trueba famosa,
caminito de Espinosa!

No vaigas a los Madriles
si quieres que yo te quiera,
que golverás señorita
y yo te quiero pasiega.

Adiós cabañuca de mi vida
la espalda te voy dando
no sé qué llevo dentro
que van mis ojos llorando.

Espérame cabaña guapa
que a criar me voy ahora
que nos volvamos a ver
le pido a nuestra Señora.

Del Museo de Amas de Cría de Selaya.

miércoles, 14 de agosto de 2019

Caldo gordo de caloca e investigación

No sé si es cosa mía, pero me parece raro que sea el CIMA quien diga que no entraña peligro bañarse en el entorno de La Maruca en lugar de Salud Pública. De lo del caldo gordo de caloca mejor no digo nada, porque es penoso. Y no me parece ni siquiera que haya habido confusión de competencias. Simplemente que alguien se ha adelantado para ponerse una medalla.

Sea como fuere, lo sucedido en la cosa santanderina es una oportunidad de oro para promover la investigación.

Cuando en el hospital hay un paciente con una patología rara, el desfile de profesionales es incesante. La relación entre la cama del paciente y el laboratorio del investigador es bidireccional, pues la necesidad de uno orienta la investigación de otro, cuyos resultados se aplican en beneficio del primero.

Tenemos que aprovechar la oportunidad para investigar, más allá de que las instituciones no puedan conformarse con decir poco menos que nada, más allá de que tengamos derecho a quejarnos como ciudadanos.

El cambio climático no se puede abordar (solo) desde el miedo. Hay que hacerlo sobre todo en positivo. Y hacerlo en positivo es promoviendo la investigación.

¿Qué ha pasado en el entorno de La Maruca? ¿Cómo se puede prevenir? Caso de que vuelva a suceder, ¿cómo solucionarlo? Además de un protocolo de actuación, ¿se puede desarrollar alguna aplicación extrapolable a otros contextos?

martes, 13 de agosto de 2019

Interior de dos casas santanderinas de pescadores

"La casa en que vivía Pepín no era un palacio, pero de tal se podía calificar comparada con la de Pancho, pues si los muebles de la habitación de éste estaban reducidos a un catre, dos sillas, una mesita y un cofre, la de Pepín tenía: una cama de caoba barnizada, en la cabecera una estampa toscamente dibujada y que sería imposible conocer la efigie que representaba si no fuese por dos descomunales llaves, hechas con papel de plomo, accesorios propios del portero mayor de la gloria y patrono de los del gremio de Pepín; debajo del cuadro, una pila, o más bien pilón, que así se puede llamar por sus descomunales dimensiones, y ocupando el lugar del bendito líquido, un ramo de laurel viejo, como todos los trastos de aquella casa. El comedor y la sala estaban mejor amueblados pues a aquel no le faltaban media docena de sillas de paja, ni una mesa de pino donde muy holgadamente pudieran quitar el hambre una docena de personas, y un armario en el que, entre fuentes y platos, había suficientes para servir a los comensales que en sus anchas bandas pudiera recibir la mesa; en la sala ya había desplegado mayor gusto la anciana madre del joven; ocupaban el centro de la pieza un velador con tapete de gancho y, artísticamente colocados en él, dos tomos del Año Cristiano y un álbum de fotografías que, por un aparato de relojería, se oía al abrirlo una piececita de música; a la izquierda, una cómoda adornada con hermosos floreros y un cuadro de la Virgen del Carmen y en las paredes laterales cuadros representando marinas, que debieron costar un dineral; aunque no fuese más que por el añil empleado en su confección, añádase a esto media docena de sillas de rejilla, y tendremos retratada en un dos por tres la casa del novio de Conchuca."

Juan Fernández, en "Miseriucas" publicado en el número 14 del año 1902 de La Hormiga y recuperado por Ramón Villegas para el excelente Cuentos de costa, puerto y mar (Cantabria Tradicional, 2009).

lunes, 12 de agosto de 2019

Muruza, 3



"Las adaptaciones, lejos de pervertir la lengua, lejos de suponer una afrenta, son un síntoma de salud, pues las palabras solo son capaces de adaptarse cuando están vivas."

En "Tres palabras", aquí.

viernes, 9 de agosto de 2019

Cabeza y piedra, sangre y agua

Que el receptáculo que recibe el agua roja de la fuente Roñosa de Lamiña (Cabuérniga) reutilice de un sarcófago visigodo la parte desgajada de la cabeza no sé si es casualidad, particularmente oportuna, o no.

Para más sobre esta fuente, aquí y aquí,

jueves, 8 de agosto de 2019

Carmen, fuego

Mi madre suele hacer todos los años el camino de Cabezón de la Sal a Sopeña de Cabuérniga por el Carmen. Si no desde Cabezón de la Sal, desde el lado cabuérnigo de la Hoz de Santa Lucía, que es el límite natural de Cabuérniga valle.

Este año no estaba claro que pudiera, así que salí yo desde Santander a Revilla de Camargo para misa de 5 de la mañana. Fue una experiencia muy positiva. De todas las fotos que hice, que tampoco fueron muchas porque no era el objetivo, solo voy a poner las de destino.


miércoles, 7 de agosto de 2019

Onomatopeya de los bolos al caer

He vivido muchos años al par de una bolera. Ahora la llaman "estadio bolístico". Eso, una bolera. Llegaba el verano y el ruido de bolos cayendo era constante. Es un ruido característico, para mí del verano, lo mismo, supongo, que para los vascos el ruido que hacen los levantadores de piedra entrenando, el ruido de la piedra golpeando el suelo que se multiplica porque no es raro que alguien se ponga al lado levantando a menor ritmo pero entrecruzado para que nadie sea capaz de contar cuántas veces sube y baja la piedra el campeón.

Fue este fin de semana que fuimos a una antigua taberna de mineros, en Ganzu, que tiene por detrás una bolera donde estaban jugando. El ruido de los bolos al caer era la mejor banda sonora.

Estábamos con un amigo que representó el ruido de los bolos al caer como "clan, clan, clan".

¿Será ésta la onomatopeya tradicional para la caída de los bolos? ¿Habrá otras?

martes, 6 de agosto de 2019

Escudo de España (Santander, 1936-37)

Pongo a continuación capturas de un folleto santanderino contra la Legión. Es de cuando la guerra. Lo siento, pero solo guardé las imágenes, no el enlace. Lo he estado buscando de nuevo pero no lo he encontrado, así que supongo que ya esté vendido.

Fijaos en el escudo de España.

lunes, 5 de agosto de 2019

Baza, propuesta etimológica

El otro día pasaba un amigo una foto de un baño público creo que era de Comillas, de baño público o de bar, donde había un cartel con la palabra baza que alguien había corregido escribiendo encima *taza.

La palabra baza es una de esas que cuando descubres que no es castellano, de tan cotidiana que es te llevas una sorpresa, como pasa con tendal y otras.

Es una palabra que no sabemos de dónde viene. Damos por supuesto que no es una deformación del castellano *taza.

El otro día una familiar lebaniega nos hablaba del calderu lavaza, que es el caldero donde se iban echando los restos de comida y el agua que sobraba de fregar, sin jabón, para luego dar a los cerdos.

Entiendo que de lavaza se pasó a la baza, por similitud.

Si bien lavaza es una palabra de origen latino también castellana, y digo también porque no cabe hablar aquí de influencia de una lengua sobre otra, la evolución hacia baza se ha dado solo en cántabro. En castellano se ha preferido recurrir a *taza, que, aplicada en este contexto, es horrible.

domingo, 4 de agosto de 2019

Muruza, 2



"En la Antigua Grecia nació la literatura. En Cantabria obviamente no, pero conservamos la semilla."

En "El juchu", aquí.

viernes, 2 de agosto de 2019

"Yeguas", cortometraje ecofeminista cántabro

Yeguas, aquí.

El erizo, de Atxaga

Ayer mismo he comprado el libro de Atxaga donde aparece este poema que ahora caigo en la cuenta que es una crítica velada a quienes pretenden conservar la lengua, en este caso el vasco, en formol.

- El erizo -

El erizo despierta al fin en su nido de hojas secas,
y acuden a su memoria todas las palabras de su lengua,
que, contando los verbos, son poco más o menos veintisiete.

Luego piensa: El invierno ha terminado,
Soy un erizo, Dos águilas vuelan sobre mí;
Rana, Caracol, Araña, Gusano, Insecto,
¿En qué parte de la montaña os escondéis?
Ahí está el río, Es mi territorio, Tengo hambre.

Y vuelve a pensar: Es mi territorio, Tengo hambre,
Rana, Caracol, Araña, Gusano, Insecto,
¿En qué parte de la montaña os escondéis?

Sin embargo, permanece quieto, como una hoja seca más,
porque aún es mediodía, y una antigua ley
le prohibe las águilas, el sol y los cielos azules.

Pero anochece, desaparecen las águilas, y el erizo,
Rana, Caracol, Araña, Gusano, Insecto,
Desecha el río y sube por la falda de la montaña,
tan seguro de sus púas como pudo estarlo
un guerrero de su escudo, en Esparta o en Corinto;

Y de pronto atraviesa el límite, la línea
que separa la tierra y la hierba de la nueva carretera,
de un solo paso entra en su tiempo y el mío;
Y como su diccionario universal
no ha sido corregido ni aumentado
en estos últimos siete mil años,
no reconoce las luces de nuestro automóvil,
y ni siquiera se da cuenta de que va a morir.

jueves, 1 de agosto de 2019

Vivas



Publicidad de época de empresas asturianas, cántabras y madrileñas a favor del ejército tras la Revolución del 34.

Fijaos en el tipo de manos que aplauden.

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