viernes, 31 de enero de 2020

Cidades sen memoria

"Territorio e identidade: camiñamos cara a cidades sen memoria?", artigo de Uxia Iglesias eiquí.

"Capitalismo terminal" de Corsino Vela, presentación de libro en La Libre

"Ser d´un país desdejáu" de Raúl Molleda

"Vivo n'un país desdejáu. El contornu no minti: ni es cumu jue, ni es el resultáu d'un progresu. Es el resultáu de no haber ni una idea del pasáu ni un proyeutu pal juturu, frutu de los interesis cuándu igüístas, cuándu particularis, de caa momentu. Y el pueblu es el frutu d'esi contornu en tránsitu jacia dinguna parti."

En "Ser d´un país desdejáu" de Raúl Molleda, aquí.

Es de lu mejor que he liíu nunca.

jueves, 30 de enero de 2020

De buenas a primeras una mala mañana

Se presenta un día complicado.

Abro, enciendo luces, ordenadores -es mejor no esperar a que lo haga el administrativo de la mañana- y voy a tomar un café a ver si levanto un poco.

El bar al que voy es uno pequeño que está cruzando la cuesta de los toros. Poca gente a estas horas. A mi lado un paisano con boina y chaleco, pantalones gastados y cara como si le estuviera dando la luz de lleno. Pide agua. Le venden un botellín.

El periódico, el informativo de fondo.

Salgo y en lugar de volver me meto en el barrio obrero colindante, a tomar el aire asomado a sur. El día está rompiendo por Peña Cabarga. Ningún vecino. Las más de las persianas echadas.

Sopla una leve brisa que no mueve nada. Solo el sonido de los coches que pasan y de alguna ambulancia que entra o sale.

Envío un mensaje a mi madre para darle ánimos.

Seguro que Lamarga viene de cenagal.

miércoles, 29 de enero de 2020

La cebolla y el montañés

Tanto decir que el modelo territorial montañés es como una cebolla, una superposición de capas, para darme cuenta ahora de que la cebolla no tiene corazón, no tiene nada dentro.

O mejor, lo que no tiene es pepita, hueso.

Dentro se tiene a sí misma, corazón sí tiene.

Ése es nuestro origen.

Jimen, beju, cambalúa, luga.

martes, 28 de enero de 2020

Cotos

La profesión de enfermera despertaba muchos recelos en los primeros años, sobre todo en Santander, donde las niñas bien veían con malos ojos a las hijas del pueblo que necesitaban trabajar para vivir. No digo de lo que se las acusaba pero os podéis imaginar. Por fortuna estos prejuicios están más que superados.

Durante los últimos años del franquismo hubo una masa de mujeres de mediana edad que entró a tropel en la administración pública para cumplir funciones sobre todo administrativas. Son las que se están jubilando ahora. Reconozco dos perfiles. Las que son parientes en algún grado de alguien con mano dentro, la mayoría, y las que no.

El hospital tiene, digamos, una puerta trasera que en hora punta se llena de coches de gama alta conducidos por hombres de los que se apean mujeres que apenas tienen que recorrer unos metros para entrar. Ni se miran al bajar. Pero hay otros coches peores que se paran más arriba. Esos coches siguen por la cuesta de los toros, no entran. Las mujeres que bajan de estos últimos recorren el trayecto andando, haga sol o llueva. Tampoco se miran al bajar, eso no cambia.

Imaginaos quiénes son las unas y las otras.

Las que medran y las que no.

Ayer me encontré a mi tía cargando con un edredón metido en un carrito de la compra por Floranes. Iba por primera vez a una lavandería de autoservicio. La acompañé. Son treinta minutos en agua templada y otros quince de secado. Mientras esperábamos me estuvo hablando de los antiguos pozos que había en Sopeña. Ella iba a uno que había donde La Llosa, por donde Nel el Ciegu, que tengo mis dudas sobre si era el padre de Manuel Llano. A Jongaya iban las criadas de los señores. Era la fuente de postín. Yo creo que el pueblo no iba a esta fuente no por respeto sino por desdén.

Fíjate cómo sería que entre ellos se trataban de señoritas y señoritos yo creo que para que nosotros hiciéramos igual y les aplicáramos el mismo tratamiento, me dice. Pero a cuento de qué lo íbamos a hacer. Todavía hay nietos que se refieren a sus abuelos como don tal y don cual con la misma intención, aclara y con razón.

Todo va de la mano. La posición, el coche, la carretera reservada para vehículos autorizados.

Cedemos espacios. Los cedemos en muchas ocasiones por vergüenza ajena al menos en una primera fase en la que somos conscientes de lo que está pasando. Pero los cedemos. Léase espacios físicos o simbólicos, resortes de poder o puestos de trabajo. Y ellos se creen que se los merecen. Que se los cedamos, que nos apartemos aunque sea por desdén, ellos lo toman como aval no de la concesión, que no la necesitan, sino del merecimiento. Son suyos porque se los merecen y nosotros no. Éste, ése y aquél. Al final acabamos todos creyendo que es así. Y los que no, problemas.

Bueno, dada nuestra condición, problemas íbamos a tener de todos modos.

lunes, 27 de enero de 2020

Rayos y centellas



En Santander.

La revivificación de la tradición que hacen estas chicas me parece excepcional.

Gospodínov



De lo mejor que he leído.

Aparentemente no tienen nada que ver, pero a mí me parece que los libros se dejan llevar por el mismo viento que sopla en la película Sobre lo infinito (Roy Andersson, 2019). Sin embargo, recomiendo leer los libros pero no ver la película, tediosa.

sábado, 25 de enero de 2020

Vecinos de Lanchares

Lanchares va a ser una de las principales poblaciones afectadas por el rodillo eólico.

Pero ahí estaban sus vecinos, disfrazados de carnaval en FITUR, sirviendo de coartada a los políticos.

Y eso que solo llevan un año de tradición.

Rápido se les pasó.

El año pasado, el primero, empezó la comparsa en la iglesia. Fingieron celebrar misa. A la salida los que iban disfrazados de curas y monjas trataron de impedir el carnaval, persiguiendo a los zamarrones por todo el pueblo, lanzando imprecaciones. Fue demoledor, brillante.

Yo pensé que para la próxima no les dejarían repetirlo. Pero no. Seguramente para la próxima no se les ocurra. No vaya a ser que pierdan mano.

Cuánto que aprender de La Vijanera, que no se prestan a estos amaños. Todavía recuerdo al oso derribando una torre de fracking hecha de madera cuando el fracking nos iba a sacar a todos (otra película más) de la miseria.

Según un guión elaborado por no recuerdo qué universidad sobre los pasos a seguir para declarar patrimonial un bien inmaterial, la dependencia política es uno de los últimos y principales escollos. Si lo que sea, carnaval o lo que sea, necesita de un político para ser, no será. Y si es, será otra cosa no digo peor pero sí con valores distintos a aquéllos por los que la valoramos.

Vecinos de Lanchares, sed lo que sois, no sirváis de coartada a nadie.

viernes, 24 de enero de 2020

Monte Vindio y La Briga (Vega de Liébana)

Hace no mucho se comentó que el Monte Vindio de los antiguos cántabros podría estar en el entorno del monte Binduey o Bilduey y que éste podría ser el mismo topónimo "camuflado". Digo lo anterior solo para apuntar que en las cercanías se encuentra El Abriga o La Briga, aquí, que, entre otras posibilidades, pudiera estar remitiendo a un asentamiento prerromano.

El "ojáncanu" de FITUR que no es

He tenido la fortuna de que me hayan contado la que probablemente sea la última leyenda viva de ojáncanos. Fue lo menos hace veinte años. Me la contó José Manuel Cuesta, natural de Correpocu, y a él se la había contado su abuelo.

Y una vez presentadas mis armas, digo que eso que han puesto en FITUR no es un ojáncanu.

jueves, 23 de enero de 2020

¡Oh!

Y gracias a FITUR damos la bienvinía´l *TrastOlillO, que compartirá Parnasu con *pindiO, *cuévanO y otras palabras rosnonas que surdin del miéu a lo que sean pa pidir los cántabros de la que (re)conozan los sús derechos lingüísticos.

Estética de la piedra sola

El agua de los aleros cae en hilera. Son las goteraas o el goterial en Cabuérniga y Campoo, respectivamente. Constituyen el límite simbólico de la vivienda. Su sonido cuando llueve es muy característico. Es parte del paisaje sonoro tradicional de Cantabria, tanto como el de los mujidos de las vacas o las campanillas de la pareja.

Cuando se arregla el tejado normalmente desaparecen las goteraas o el goterial, corriendo entonces el agua por un canalón hasta la esquina de la casa, donde cae a una, a chorro.

En las esquinas de las viviendas suele haber una piedra que protege de los golpes de los carros o en la actualidad de los coches. Esta piedra se ha redimensionado y ahora es también frecuente verla debajo del chorro de agua que cae del canalón del alero. Se suele hacer para que el agua no horade el terreno. Puede aparecer en otras ubicaciones cumpliendo la misma función.



Hay otras piedras en el entorno de la casa, por ejemplo señalando el límite entre el espacio asociado a la familia y el compartido con el vecindario, aquí, o piedras que se utilizaban para montar, el montaoriu, con ese sufijo tan bonito también presente en, por ejemplo, miraoriu y posaoriu, del verbo mirar, "mirador", y del verbo posar, "descansar", de donde "lugar de reposo".

La piedra cuyas fotos pongo a continuación no sé si tiene alguna función concreta. Creo que no. Creo que está puesta porque a quien armó la pared o al propietario de la finca, o a ambos, sencillamente les gustó, desconozco el porqué. No soy capaz de reconocer las claves estéticas de esta piedra, pero las hay, están.

miércoles, 22 de enero de 2020

Ronda de Robledo de Sanabria

Últimos libros leídos

"Beju" y caos

Beju, el desfiladero entre Tudanca y Polaciones, también es conocido como Caos de Beju. Hay otros bejos en Cantabria. En asturiano, beyu, de donde Los Beyos. La traducción de beju al castellano no es fácil. "Quebrada" quizá sea la mejor opción.

La palabra caos tampoco es fácil. Mucho se ha discutido sobre su etimología y significado.

Todos los mitos cosmogónicos remiten a un antes que todo que implica borrar todo lo conocido. Antes, cuando no había Sol ni Luna, cuando no había Cielo ni Tierra... ¿Y qué había antes? El Infinito, las Tinieblas... Ese antes que todo lo conocido era para los griegos el Caos.

Para los griegos, khaos era efectivamente una quebrada, como lo es para los cántabros beju.

No digo que caos sea una palabra cántabra. Lo será, no lo sé. Por qué no. Como mesa o cama. Con el añadido de que caos parece tener en montañés un significado más próximo al griego que el que tiene en castellano. Por el hecho de aparecer asociada a beju, digo. Pero que caos sea o no cántabra no es relevante ahora. Lo que sí me parece importante es la asociación entre caos y beju. Dos palabras para lo mismo, quizá, y sabiendo de la potencia de caos, supondremos la potencia de beju: lo que no es, lo que no es para nosotros, lo que se sitúa fuera del marco del ser humano.

martes, 21 de enero de 2020

Contra, ventana y tallas, asubiu, cierru y bitas d´estela en Cabuérniga

Unu.



Contra, en Lamiña.

Dos.



Ventana y talla, en Barcenillas.

Tres.



Asubiu, en Valle.

Cuatru.



Cierru, en Lamiña.

Cincu.



Bitas d´estela, en Valle.

"El Collugu" y "La Jaya" en Lamiña y Maoño, respectivamente



La primera es de Lamiña. En origen se escribió barrio pero alguien sobrescribió en negro la palabra calle. Por descontado, nadie en el pueblo dice "El Collugo", que no existe, sino El Collugu, que significa "collado pequeño".

La segunda es de Maoño, a un paso de Santander. Nunca fue calle, sino barrio. Sorprende que escribieran mal jaya, como si no se hubieran dado cuenta de lo que significaba, aunque, por otra parte, de haberlo sabido seguro que lo habrían escrito en castellano, "haya".

Y no es porque no haya calles, que las hay. Es porque también hay barrios. Lo hemos tratado en otras ocasiones. En Sopeña de Cabuérniga, por ejemplo, conviven El Duréu y la Calle del Carmen, y lo mismo pasa en otros pueblos montañeses.

viernes, 17 de enero de 2020

"L´Ataju" de Barcenillas a Lamiña por "La Castañera"

Fue un paisano con el que coincidí en el arcén de la carretera general de Cabuérniga el que me informó sobre el camino que siendo críos utilizaban para ir a la escuela. Lo llamaban L´Ataju. Sube por La Castañera. No sabía que hubiera una castañera ahí (otra en Terán muy conocida y otra impresionante y desconocida en Viaña, que yo sepa). El camino está prácticamente perdido.

Subí a Lamiña por la carretera. Hay castaños desperdigados muy antiguos. Encontré el acceso al camino a la altura de las escuelas.





Desde las escuelas, a izquierda y derecha:



La siguiente foto está tomada desde la mies de Lamiña pero hacia el este, no a norte como las anteriores. La pongo para probar que los castaños se encuentran en toda la falda del monte, no solo frente a las escuelas, lo cual no quiere decir que toda la ladera reciba el nombre de La Castañera, que no lo sé, lo único que yo puedo asegurar es que así se llama al menos el bosquete que está a norte al pie de las escuelas (la mancha a la derecha de la anterior foto).



Avanzado el día, bajé a Barcenillas siguiendo este camino.

Pudiera parecer una senda menor, pero en cuanto te internas un poco se abre y se muestra como lo que es: un camino potente, de entidad, a tramos rehundido, flanqueado por paredes, con tramos empedrados, etc. Es algo más que un atajo.



Presenta una curva muy marcada a media ladera, y en la curva, los restos de una construcción que bien pudiera tratarse de un recinto destinado a guardar castañas, un carrozal, el sequeiro gallego. No conozco otro caso en Cabuérniga, quizá porque fueran construcciones éstas efímeras y apenas queden restos de ellas o bien porque los restos que pudieran quedar no los hemos sabido reconocer.



El camino muere en la carretera, a la altura de la última casa de Barcenillas que, por estar a este lado del río, los miñegos consideran la primera casa gallega. Y es que Lamiña dicen que la fundaron gallegos y que todo lo que está a su lado del río, que ellos llaman no Barcenillas sino Lamiña, es de Lamiña, es decir, gallegu, miñegu, incluida esta casa, aunque administrativamente pertenezca a Barcenillas.





Hay al menos otros dos caminos que descienden al fondo de valle desde Lamiña: La Basnaa, de trazado zigzagueante, perdido, y El Torcu´ Las Repuertas (probablemente retuertas en origen, del mismo campo semántico que torca), que conecta con La Cambera que a su vez conecta con La Pontaya (término que también funciona como sustantivo), todo perdido.

Este camino, L´Ataju, merece la pena ser conservado y potenciado.

Escudo previo a los escudos

La dimensión territorial de los escudos nobiliarios, dónde se ponen y por qué, para qué, etc., es un tema complejo.

Se ponen a la vista para cumplir una función digamos publicitaria (las portaladas son, a fin de cuentas, vallas publicitarias al pie del camino) pero también sirven para delimitar lo que queda dentro de lo que se deja fuera.

Esta función puramente territorial se puede resolver recurriendo a otras fórmulas, duras y blandas. Entre las primeras, por ejemplo, las corralaas y las portalaas, tengan éstas escudo nobiliario o no. Entre las blandas, las goteraas, la cortina de agua que cae del alero, figuradamente cuando no llueve.



(En Valle).



(En Barcenillas).

Pero pudiera darse el caso de que la diferencia entre soluciones duras y blandas no sea de grado. Pudieran ser dos cosas distintas a las que por equivocación consideramos iguales pero de distinto rango. Que en realidad las duras fueran posteriores y que colonizaran a las blandas y que las blandas no tuvieran originalmente la función de marcar límites, de fijar el ámbito privado asociado de alguna manera a la familia nuclear, sino de regular la convivencia entre familias extensas y la de sus distintos miembros entre sí dentro de una lógica comunal, en definitiva, que las duras fueran soluciones modernas y las blandas no, que éstas fueran anteriores, sin que el hecho de serlo tuviera que significar necesariamente que las duras fueran una evolución de las blandas, ni mucho menos, por eso utilizo precisamente el verbo colonizar, porque implica cierta agresión, cierta suplantación.

Pongo a continuación fotos del elemento que delimita el espacio privativo de la casa que fue de mi bisabuela.



Probablemente se trate de una solución pre-moderna, y en esta ocasión sí quiero transmitir la idea de precedente, de semilla de soluciones duras modernas porque lo que está haciendo ahí esa piedra intervenida (su forma cumple su función, con lo cual aunque no hubiera sido transformada, intervenida físicamente, el hecho de haber elegido esa piedra y no otra, la selección, es un tipo de intervención), lo que hace ahí esa piedra, decía, es marcar el límite del corral, que, en sentido estricto, es un espacio en origen público que, sancionado implícitamente por la comunidad, queda al cuidado de una familia pero sin que sea preciso marcarlo físicamente. Se trata, pues, de un estadio cero, de una solución de transición.

La hilera es ésta:



La última casa fue construida recientemente siguiendo patrones tradicionales. Sí se puede. Frente a la casa de mi bisabuela está la huerta y de forma destacada una higuera. Es frecuente encontrar una higuera frente a la fachada de las casas. La higuera es un árbol netamente antrópico. Hace poco supe que la higuera era para los romanos un árbol sagrado asociado a la buena vecindad y que solían plantarla a la entrada de sus casas, como en Cabuérniga.

jueves, 16 de enero de 2020

"El Joracu´ la Peña", desaparecido

En Sopeña hay una cantera. Dicen que está cerrada, pero yo veo movimiento, probablemente ilegal. Se acabará cayendo el monte encima del pueblo. Lo que sí es seguro es que se utiliza como vertedero.

Hace no mucho había al lado de la cantera una sima que se llamaba El Joracu´ la Peña (de agujero y de la peña bajo la que se encuentra el pueblo). Era efectivamente un agujero, parecía taladrado. De ese agujero se contaba de todo. Que al terminar la guerra los soldados huidos echaban dentro las armas, por ejemplo. Probablemente fuera una sima utilizada desde antiguo como depósito. No voy a decir como vertedero porque no era fácil llegar, había que trepar.

En una de las últimas voladuras, desapareció. Una pena, porque dentro seguro que había capas y capas de material interesante. Pongo foto de la cantera y del lugar donde aproximadamente estaba el agujero.

Escollera tradicional en Cabuérniga

En el Saja a su paso por Barcenillas.



Son varias decenas de metros. Desde el extremo norte:



Hay en el valle una red de infraestructuras relacionadas con la gestión tradicional del agua asombrosa, tanto por su número como por su complejidad, muchas desconocidas, no importa si están a la vista, como esta escollera (en realidad cuesta llegar, pero cuando llegas se ve bien), o si comidas por la vegetación, y no importa porque el problema es que no importan a nadie salvo, quizá, a los paisanos. Y si no, véase el catálogo de patrimonio "menor" elaborado por culturea, extraordinariamente pobre.

Los ojos de sol

Mi abuela decía cuando te veías afectado por el sol que te había dáu un oju de sol.

En relación con los motivos oculados en láminas de oro prehistóricas, brevemente aquí.

Los corvatos

En La Barcenuca hay una familia o comunidad de cuervos viviendo. Suelen posar en los árboles de La Cruz, en los restos de las cercas vegetales de la mies o en los árboles de la lera. Procuro saludar cuando llego. Seguramente el más viejo de estos cuervos tenga muchos más años que yo. El otro día que empezó a soplar el sur, sobra decir que con fuerza, se les podía ver planeando, cayendo y alzando el vuelo, cabalgando las corrientes de aire, jugando.

La cría del cuervo es el corvato, en castellano. Pero en montañés el cuervo es el corvatu, es decir, nunca deja de ser cría, nunca deja de jugar, aunque seguramente el más viejo tenga muchos más años que yo.



El tema de los apodos es para tratar aparte. También el hecho de que en las escasas ocasiones en que se escribe montañés en un contexto tradicional que no sea autoparódico (me acuerdo ahora de una trova que yo mismo ayudé a difundir, titulada Esparragatas, que entre otras cosas es una parodia de la forma de hablar de los vecinos de un pueblo por parte de los vecinos de otro) se suelen evitar las úes como al demonio.

"Amo a Dick" de Chris Kraus, fragmentu

"Y dispués [Chris] jezo bañu y Sylvère asejó al láu de la bañera cumo jacía daquella. Entonz acolumbró el cuerpu d´ella ajundiéndose nel augua, un codu alzáu, los mamucis joracando la flor del augua, el tarmáu de vellu púbicu. Los peblatos de nievi ena calli acabildraban cona palidez de la sú tiez. En cuantis se espurrió p´apañar una toballa, blancas curvas se esmucierin cona nievi de la cotera. Un vaju surdía del augua de la bañera y juera el vientu alzaba la nievi en nubis vaporosas. Cumo si no hubiá diferiencia enti fríu y calor, enti dentru y juera."

De la novela Amo a Dick (Alpha Decay, 2013) de Chris Kraus, p. 128.

viernes, 10 de enero de 2020

Domesticación vegetal, aun después de muerta

Dice mi madre que si voy al pueblo y enciendo la chimenea que preste atención a la madera de árbol, que salta, y que no olvide poner la rejilla, pero que pierda cuidado con la leña cortada, que esa no da problemas.

El mar, la mar

"Ser territorio: La geografía y el anarquismo", presentación



De la página de Briega:

"Ser territorio. La geografía y el anarquismo es el undécimo título de la colección principal de nuestra editorial, la Neurosis o Las Barricadas Ed. Se trata de un trabajo coordinado por Patricia Lobo que recopila una serie de textos de diferentes autores y autoras desde los inicios del siglo XX hasta la actualidad. En ellos se habla de los vínculos de la ciencia geográfica con el anarquismo, se analiza cómo nuestro entorno espacial/territorial está atravesado por relaciones de poder y, también, se acercan, en algunos casos, a luchas populares donde el territorio es el eje fundamental.

«Salimos de nuestro pequeño hogar, un cubículo rectangular; montamos en el ascensor, un cubículo rectangular; bajamos a nuestra plaza de garaje, un cubículo rectangular; subimos a nuestro coche, un cubículo rectangular que los diseñadores llevan décadas tratando de disimular con propuestas de lo más atractivas; y partimos a nuestro trabajo, una oficina o un establecimiento con forma de cubículo rectangular. De esta manera, podemos evitarnos respirar el aire putrefacto de nuestras ciudades y, además, nos podemos ahorrar el tener que ver la cara de leve amargura, pero sin exagerar, que suele formar parte de las personas usuarias del transporte público, un cubículo cuadrado mucho más grande por su carácter colectivo».

Este fragmento de Ser territorio. La geografía y el anarquismo nos acerca a las relaciones del ser humano con su entorno, punto de partida de los diversos textos que recoge esta obra. En ellos podemos encontrar la insaciable búsqueda del anarquismo de ideas y prácticas que planteen resistencias para eludir la crisis de civilización que conlleva el capitalismo. La vida moderna (no vivida, sino administrada) con su reducción de todo espacio a la categoría de mercancía tiene los ingredientes perfectos para la crisis de una civilización paradójica: un progreso maltratador, que dice amar la naturaleza y, sin embargo, la destruye cotidianamente hasta unos extremos como jamás había conocido la historia de la humanidad, etc.

Ser territorio. La geografía y el anarquismo es un conjunto de propuestas que indaga en la fértil historia de luchas e ideas que el anarquismo ha planteado desde finales del siglo XIX hasta nuestros días."

miércoles, 8 de enero de 2020

"La madera que arde" de Mariano Calvo Haya, presentación



Presentación del libro La madera que arde de Mariano Calvo Haya (Editorial Eolas) este jueves a las 19:30 h. en La Vorágine.

martes, 7 de enero de 2020

Bosquis ena raya, bosquis que son rayas

L´otru día istuvi veendo ena filmu Tronu de sangri de Kurosawa, que es una revisión de Macbeth.

La pentasma del bosqui diz al señor del castillu que nunca perderá una batalla a no ser que los árbulis se muevan. Peru évati que un día es acorcolláu nel castillu polas juerzas esenimigas y que los árbulis se muevin: son los esenimigos, camuflaos trelos árbulis. El señor del castillu muer.

El bosqui, cumo en Macbeth, tien una emportancia capital.

Y lo anterior me jezo recordar la posibilidá de que Monte Hijedo (esconozo el sú llamatu sellencu) pudiera ber síu una antigua raya, aquí. Y tamién que pudieran belu síu los ancinaris de la costa.

El proc. Ortega Valcárcel diciendi que los ancinaris de la costa son antrópicos, es dicir, d´urigin humanu. Yo istuvi pescudando la posibilidá de que jueran daqui clas de plantación, aquí. Peru quiciás pudieran tener más de raya costera, de sistema decensivu que de cultivu masivu de landi, si es que rialmenti son antrópicos, cosa difici de comprebar.

Sea cumo juer, Tronu de sangri me dejó esteláu.

domingo, 5 de enero de 2020

"Thriller" de Sarrionandia + Mursego (canciu pa escomenzar el añu)

Thriller

En saliendo del cin, escurecía
y la calli estaba mojaa,
de súpitu,
sintí balombru de pasos
tres de mí.
"Lleguesti al tú fin", dijo
aspru.
Arrecatemi y lu arrecunucí:
era´l Tiempu.
Levanté las manos cagutias:
"Entá no..." supliqué:
"A ráfaga u tiru a tiru" dijo, de la que sacaba
la negra metralleta
por baju de la sú gabardina y
apuntaba.
"Un segundu al menos", imploré.
"Doiti dos", arrespundió,
"peru daqui movición
y disparu anantis...
¡Ya pasó!" Ra-ta-ta-ta-ta...

Pescado de roca

El pescado es de roca

no me acuerdo del nombre

ya solo lo venden muy de vez en cuando

en la plaza

tu padre lo ha dejado para ti

cuidado con las espinas,

mi madre.

Espinas

la piel irisada y dura

como la carne

pegada a la piel

e insípida.

Sin sabor

el pescado

pero el pescado

más sabroso.

Puestos a elegir

Con independencia de otras consideraciones, ante el chantaje y coacción a que está sometiendo el PSOE al PRC de cara a la votación del próximo martes, me quedo del lado del PRC.

miércoles, 1 de enero de 2020

"Sieti años" de José Agustín Goytisolo

Sieti años

Abora veu l´almendru
ajumpiáu. Las quimas
perfumaban l´airi
al sú roti.

Y más allá, la madri
un libru, bitas
de la mí vida,
timpias cosas n´ondi
el mí sueñu posaba.

Yo era, entonz,
muy críu, entá,
peru sintí l´amor
de lo perecederu,
de lo que trespón y trespón,
cumo trespuso aquel día
so l´almendru.

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