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miércoles, 3 de septiembre de 2025

"El Tigre Blanco" (Roca, 2009) de Aravind Adiga, fragmento

"Los conductores de rickshaw alineaban sus vehículos frente al salón de té, aguardando a que el autobús regurgitara su cargamento de pasajeros.

No les estaba permitido sentarse en las sillas de plástico para los clientes; tenían que acuclillarse en la parte de atrás, en esa postura encorvada tan propia de los criados de cualquier parte del país. Mi padre nunca se ponía en cuclillas, lo recuerdo muy bien. Prefería permanecer de pie, por mucho tiempo que tuviera que esperar y por incómodo que se le hiciera. Yo me lo encontraba allí, sin camisa y normalmente solo, tomando té y reflexionando."

De El Tigre Blanco (Roca, 2009) de Aravind Adiga, p. 29.

martes, 2 de septiembre de 2025

"Escribir la vida: Fotodiario" (Cabaret Voltaire, 2025) de Annie Ernaux, fragmento

"14 de diciembre de 1990

    Yo era su "sol" (y también, cariñosamente, voyoute, canaille; "traviesa", "pillastre", en normando). Ahí no hubo amor a fondo perdido. Lo he transmitido y he hecho algo por él, por la clase social a la que pertenecíamos (aunque no acabe de estar segura)".

lunes, 1 de septiembre de 2025

"Historias de la ciudad" de Baldomero Madrazo Felíu, fragmento

"He pasado toda la tarde con el sedal en la mano, en el centro de la bahía, sobre los páramos, en total quietud y silencio. A lo lejos, al norte, el sordo ruido de la circulación de vehículos por la ciudad, salpicado a veces de sonidos extraños, de leves explosiones. Pero la mar está mansa, sin un ruido, salvo el de alguna lubina que salta sobre la superficie o el apagado murmullo de un pequeño banco de mules a flor de agua. Me siento aislado, rodeado de la abierta soledad, apenas sintiendo el latir de la vida, atento únicamente al posible tirón del hilo que descansa en el dedo índice de mi mano derecha. Pero los peces tardan en picar mientras el bote lentamente se desliza al garete, y siento el ligero e intermitente golpear del pequeño plomo sobre las prominencias del suelo marítimo."

Del relato titulado "Veintitrés días" del libro Historias de la ciudad (edición del autor, 2007) de Baldomero Madrazo Felíu.

Para saber si la pasta está hecha meto un tenedor de metal y lo remuevo suavemente. Según el "tacto inferido", la sensación que transmita el metal, si dura o blanda, sé si la pasta está hecha o si necesita más tiempo de cocción.

viernes, 8 de agosto de 2025

Desprotegidos

Me he levantado de madrugada para leer Diario de dúas casas (Eusenio?, 2023) de María Villamarín. No quiero molestar en la cama. De vuelta de viaje, aun sin haber vuelto al trabajo, vuelvo a dormir mal. Yo creo que es porque todo lo que pasa siento que me pasa a mí y me puede. En esto despiertan los de arriba. Hacen ruido con las sillas de la cocina mientras desayunan. Tienen suelo de gres.

En Domingo de Ramos mi madre y yo procuramos hacernos con algún ramo de laurel. La última Semana Santa recorrí no sé cuántas iglesias y a todas llegué tarde. Solo pude rascar unas hojas entre todas. Mi madre tuvo más suerte. Luego compartimos. Aseguramos gracias a mi amigo JSB, que suele proveernos todos los años.

Este año no pero tampoco hace mucho pusimos Raquel y yo por dentro de la puerta de casa. En Cabuérniga siempre hubo. Seco, raro hasta que preguntamos. Para los rayos pero intuyo que para proteger, así, en general. Cuando lo pusimos Raquel y yo con celo, a la altura de la mirilla, se caía por los portazos de los de arriba, nos lo tiraban. Les pedimos que cerraran con más cuidado pero ya no hemos vuelto a poner laurel.

viernes, 18 de julio de 2025

"La Venus de Barro" (1954) de Riera Ganzo, recomendación

Una mujer de extracción humilde, recta y sola (su único familiar es una tía y fallece) cree enamorarse una primera vez, una segunda y a la tercera se casa con un chico rico, fatalmente. 

Se casa con quien quiere, en libertad, pero de acuerdo con lo que la sociedad espera de ella. La crítica es solapada. "Por las constantes indicaciones de Carmelo tuvo Amalia que dejar su profesión [la protagonista, de modista había pasado a montar un taller de costura propio] para dedicarse exclusivamente a él y a las cosas del nuevo hogar" (p. 231). Todo le sale mal. "Será la vida así -solía decir para conformarse-. Habré nacido yo, como creo sea cierto, en otra rama inferior. Seguramente que no estoy aún bastante educada para vivir entre el gran mundo. Entre los míos, entre aquellos humildes pescadores del barrio de Los Zapateros, entre aquella pobre gente artesana de las alturas de mi barrio [en la parte alta de La Atalaya], no existían estas cosas" (p. 240). La protagonista echa de menos su vida de soltera y se arrepiente de las decisiones tomadas.

Enviuda y se casa con una persona de su "nivel". Termina así. Este autor tiene ramalazos ultraconservadores que, dada su trayectoria (condenado a muerte, luego a cadena perpetua y preso durante ocho años en el Puerto de Santa María), sorprenden, aunque puede que fuera parte del precio a pagar para poder publicar. Todo va en una dirección y de repente mete un volantazo que te lleva a un sitio que no te esperabas, a oscuras. Supongo que sería su salvoconducto.

Impresiona "la noche" santanderina. En varios capítulos. Seguramente mi abuelo tocó en los locales de Rua Menor y Cuesta del Hospital descritos.

Preciosa la conversación entre la protagonista y el segundo de sus pretendientes, un escultor balear, que imagino, por las referencias que da el autor, transcurre en el mirador de la 1ª del Sardinero, capítulo 14. No os sobresaltéis, pero se me hace una mezcla de Sally Rooney y Wong Kar-wai (ráfagas de conversación traídas por el viento precisas y sentimentales).

jueves, 10 de julio de 2025

"Cerca de nuestro fuego, aquella noche..." de Joseph Brodsky

Cerca de nuestro fuego, aquella noche...

"El cielo oscuro aligeró sus pasos
y no pudo fundirse con la sombra".
Cerca de nuestro fuego, aquella noche,
fue cuando vimos al caballo negro.

No puedo recordar nada tan negro.
Sus patas eran como unos carbones.
Del color de la noche, del vacío.
De la crin a la cola, todo negro.
Pero en su lomo sin montura había
un color negro un poco diferente.
Se quedó inmóvil. Como si durmiese.
Sus oscuras pezuñas asustaban.

Era tan negro que no daba sombra.
Nada había que fuese más oscuro.
Tan negro como espectro a medianoche.
O como el interior de alguna aguja.
Tan negro como el bosque ante nosotros,
o un lugar en el pecho, entre costillas;
hueco en la tierra para la simiente.
Lo negro habita dentro de nosotros.

Sin embargo, ¡sus ojos eran negros!
Los relojes marcaban medianoche.
No dio siquiera un paso hacia nosotros.
En sus ancas, la oscuridad sin fondo.
No se podía distinguir su lomo,
ni un destello de luz por ningún sitio,
solo el brillo azabache de sus ojos
y esas pupilas fijas, tan extrañas.
Era como lo negativo de alguien.

¿Por que entonces detuvo su carrera
y estuvo con nosotros hasta el alba?
¿Por qué no se apartó de nuestro fuego?
¿Por qué el aire sombrío, enrarecido?
¿Por qué crujieron las oscuras ramas
y una luz negra brotó de sus ojos?

Un jinete buscaba entre nosotros.

De Poemas escogidos (1962-1996) de Joseph Brodsky, publicado por Siruela este mismo año.

jueves, 3 de julio de 2025

"Ropa vieja" (Resma, 1951) del novelista santanderino Riera Ganzo, recomendación

Compré este libro por casualidad y, también hay que decirlo, por ser de autor cántabro, y cuál no sería mi sorpresa cuando me encontré con una encendida defensa del divorcio. Eso sí, el libro está planteado desde el hombre, que es el que sufre a una mala mujer. Pero siendo así, el autor mete por medio a un cura que aun no pudiendo ponerse del lado del protagonista tampoco le quita la razón, algo que se me hace difícil de escribir y más todavía de publicar en los años cincuenta. Tampoco ahorra referencias positivas a la ley republicana que permitía el divorcio, si bien es cierto que no emplea la palabra república en ningún momento. Con todo, un libro valiente. Será por eso que la presentación la firme el propio autor, explicitando que no se ha atrevido a pedírselo a nadie. Solo, pero lo hizo. Valiente, decía; olvidado, también.

Ropa vieja (Resma, 1951) de Luis Riera Ganzo. Si lo encontráis, compradlo.

martes, 24 de junio de 2025

Devenir nodriza

"Apenas quedaba ninguna cuando me llamaron. La habitación era una pieza estrecha y mal ventilada en la que se mezclaban el olor de la leche y el sudor. Había, incluso, salpicones blancos y espesos, y paños amontonados con los que los flujos lácteos se debieron de limpiar. En una esquina, sentado, un hombre enorme y basto, que parecía médico, se lavaba las manos en un balde. Una mujer mayor, también vacuna y corpulenta, me llevó al centro de la sala, junto a la luz de una gran ventana, y me desabotonó hasta abajo la blusa y el corpiño. Luego, de un tirón, los sacó fuera y bajó la falda y las enaguas arrollándolas hasta los pies. Ni siquiera me dejó las almadreñas. Salió por la puerta mientras, tras la pared, apenas a unos pasos, se escuchaba el gorjeo cansado de las últimas mujeres que esperaban, algunas en ayunas, desde la madrugada. Yo aguardaba allí en cueros, como un ángel, mientras el frío comenzaba a sonrojarme el cuerpo y las punzadas de la leche me obligaban a doblarme entera sobre mí. Entonces, sin mediar palabra, el hombre que parecía médico se me acercó y me papó la teta izquierda, de abajo arriba, de atrás adelante, como al ordeñar. Un chorrito de leche saltó sobre la mesa, haciendo que el hombre soltara un gran bufido. Era el primer sonido que le oía desde que llegué. Pasó al otro pecho y repitió idéntico patrón. Luego se fue atrás. Manoseó mis nalgas y mis muslos, los hombros y los brazos, buscando no sé qué. Me trasteó de nuevo allí delante, sobre la protuberancia de las mamas. (...) Por suerte, el hombre grande y tosco, que parecía médico, me tendió la falda y las enaguas, el camisón y el corpiño, todo hecho un gurruño. Se sentó en una mesa pequeña y garabateó con una pluma en un papel mientras yo seguía allí desnuda, tiritando, sin atinar a ensartarme siquiera las enaguas. Luego salí afuera. Mi aspecto debía ser de desaliño, pues me miraron todas de hito en hito. Busqué una letrina y vomité. Todavía tenía marcadas las manazas. Me dolía cada músculo de mi ser".

En el relato "El costado blanco de mi amor" (localizado en Vega de Pas) dentro del libro Cada lunes de agua (Fulgencio Pimentel, 2025) de Juan Montiel, pp. 63-64.

jueves, 19 de junio de 2025

"Aguarte, aguarte"

Van Nardo el de Somonte y su mujer Tanasia al médico y ella se quiere colar porque su marido está mal, a lo que Nardo responde "aguarte, aguarte" por "tranquilidad, tranquilidad" o "calma, calma". Igual en aragonés. Creo que su significado corresponde al uso actual de "lasai, lasai" en vasco.

Pongo la cita completa: "Santander. La clínica del especialista. Nardo y Tanasia, como el caso era urgente a su juicio, hubieran querido adelantarse al turno de los demás pacientes, pero Nardo detuvo a Tanasia, que trató de intentarlo.

- Aguarte, aguarte, mujer; déjame tú a mí, no te amontones; ya me llegará mi vez, que tengo aguantis (...)".

En la p. 28 de La vuelta de Nardo (Editora Cantabria, 1948) de Francisco Cubría.

domingo, 15 de junio de 2025

La marca de página


Preparando una sesión importante que imparto este miércoles, la cubierta desprendida del segundo volumen de las obras completas de Manuel Llano (es un libro expurgado de la BUC, a donde llegó por donación, como indican los matasellos) haciendo de marcapáginas en el libro-disco Nueva Etiopía de Bernardo Atxaga, en mi escritorio de casa.

viernes, 30 de mayo de 2025

Con cuidado

Hoy presentan un libro de apariencia peligrosa (no lo puedo afirmar, todavía) sobre feminismo "contra hegemónico" en el Ateneo de Santander. A la cabeza al menos dos personas de perfil nefasto. Es en contextos así de donde salen Leires y personajes parecidos, en todos los bandos, hay que tener cuidado, antes que nada para no acabar siendo uno de ellos, ni siquiera por despiste.

viernes, 16 de mayo de 2025

"Ethan Frome" de Edith Wharton, recomendación

Este libro es excepcional. No puedo imaginar el impacto que seguro tuvo en su época.

De fondo está uno de los mensajes que nos dejamos Raquel y yo cuando ella está de tarde, yo de mañana y no coincidimos hasta la noche. Ella me dibujó un corazón en una servilleta de papel y yo le añadí la flecha.

Nada más terminar este libro me puse con La edad de la inocencia, que también tenemos en casa, junto con otros de la misma autora. Sí, nuestra biblioteca es buena. Llevo leídos solo unos pocos capítulos, pero (y matadme si queréis) al menos hasta ahora estoy encontrando muchos puntos en común con American Psycho de Breat Easton Ellis, que leí hace poco y me fascinó y horrorizó a partes iguales.

miércoles, 14 de mayo de 2025

"A flor de agua", relato de Amós de Escalante, fragmento

El amor del protagonista no es correspondido, baja al Sardinero y se mete en la mar:

"Ya llegaba adonde solía ser término de sus acostumbrados viajes. Las lanchas boniteras venían a toda vela buscando puerto. Una de ellas pasó entre Juan y la playa. Conociéronle algunos marineros, antes por el lugar donde le veían, que por alcanzar las facciones de su rostro, y uno de ellos dijo:

- ¡Buena estrepada, don Juan! ¿A dónde se va? ¿Quiere entrar a bordo?
- Buenos días, Vicente, contestó el nadador, y ya la lancha, lanzada como saeta a impulso de sus dos anchas y cuadradas velas, iba a distancia que no podía salvar la voz humana.

Siguióle involuntariamente con los ojos, y aquella imagen de vida despertó una nueva tristeza en su corazón, que parecía haberlas agotado todas".

Del relato titulado "A flor de agua" dentro del libro En la playa de Amós de Escalante. Escuela Literaria Montañesa en estado puro, fascinante.

martes, 13 de mayo de 2025

"Tristeza" (Anagrama, 2023) de Jack Kerouac, fragmento y posible relación con "tez" / "tiez"

"Pasan camiones, autobuses, bramando, rugiendo, hasta los topes de usuarios que se dirigen a Tucuyaba, al Rastro, a Circunvalación, que van a la otra punta de la ciudad, calles embarradas por las que vuelvo a casa a las dos de la madrugada, pisando charcos sin que me importe, mirando las solitarias cercas y la melancólica telaraña de la lluvia al trasluz de las farolas. El pozo y el horror de mi entereza, los tensos músculos de la viriá que un hombre necesita para apretar los dientes y adentrarse en caminos solitarios en noche de lluvia sin esperanza de conseguir una cama caliente. Mi cabeza flaquea y se cansa de pensar en ello."

Nota de Antonio-Prometeo Moya, traductor: "Viriá: Energía, perseverancia, fuerza y conceptos parecidos. Es palabra sánscrita, propia del budismo, en el que tiene distintos valores según el campo doctrinal. Un poco más abajo se menciona a Ksitigarba, es un bodhisattva que ayuda a salir del infierno a los condenados."

De la novela Tristeza (Anagrama, 2023) de Jack Kerouac, p. 22.

Me parece que sánscrito (indoeuropeo) viriá pertenece a la misma familia que el castellano virilidad (distinta capa temporal) y que el latín viriditas, con un significado parecido al cántabro tez / tiez.

jueves, 1 de mayo de 2025

El libro que nos une o hace o ambas cosas a la vez, si es que son cosas distintas

No tomé nota de los libros que encontramos pero sí recuerdo que tras la limpieza del piso dejamos una edición moderna de Brañaflor.

Está en Torrevieja. Fue de un minero en León de origen cántabro y de su viuda, una tía mía, que abandonó la fábrica al casarse.

miércoles, 30 de abril de 2025

Seguro que se podía haber hecho mejor

Tengo que decir que la intro que hace Mario Crespo al primer libro de relatos de Álvaro Pombo en la edición de Cátedra me parece superficial y desatinada, una pena, sobre todo para el escritor. Mainer hubiera sido mejor opción.

viernes, 11 de abril de 2025

"Historia de San Michele" (1929) de Axel Munthe, fragmento

"Casi nunca hablaba y me importaba poco, pues me era difícil comprender lo que decía. Su sueco era tan malo como mi lapón. (...)

- ¿Sabes el nombre de aquel pájaro? - le pregunté.
- Lahol - sonrió Ristin, reconociendo en seguida el dulce silbido del chorlito, semejante a la flauta, que comparte la soledad con los lapones y que les es tan querido.

De un pequeño sauce venía el maravilloso canto de la aguzanieves.
- ¡Jilow! ¡Jilow! - reía Ristin.
Dicen los lapones que el aguzanieves tiene una campanilla en la garganta y que puede cantar cien canciones diferentes. Muy alta sobre nosotros, pendía una cruz negra en el cielo azul. Era el águila real, que observaba con alas inmóviles su desolado reino. Del lago de montaña venía el fatídico reclamo del colimbo.
- Ro, ro, raik - repetía fielmente Ristin. Decía que significaba-: "Buen tiempo hoy, buen tiempo hoy". - Y cuando el colimbo decía: "Var luk, var luk, luk, luk", quería decir: "Lloverá todavía, lloverá todavía, todavía", me explicaba Ristin."

De La historia de San Michele (mi edición es de 1982, la primera de 1929) de Axel Munthe, capítulo titulado "Laponia".

Me recuerda a la cotorniz, que en Cantabria dice "torta-brá, torta-brá", aquí. O al cárabu, que dice "no vaigáis, no vaigáis", aquí.

martes, 8 de abril de 2025

"La Montaña: Añoranzas" (Editorial Pueyo, 1919) de Gustavo Morales, recomendación

Este libro de Gustavo Morales publicado el año 1919 es una absoluta maravilla, sobre todo la primera parte, la más íntima. Si la Escuela Literaria Montañesa es esto, yo me declaro admirador.

Impresionante su testimonio de una de las huelgas mineras cántabras de principios de siglo y su visión de la Cantabria futura (la nuestra de hoy) del último capítulo.

viernes, 4 de abril de 2025

La voz del bosque

Voz del bosque:

Codicia despiadada, azote de los montes,
cerniendo van tus furias por suelo montañés;
mirad en lontananza los calvos horizontes,
los huertos desolados, mustiándose la mies.

Más temo los instintos del hombre codicioso
que al son de las celliscas en duro temporal,
que al desgarrar del rayo sobre algún tronco añoso,
que al fúnebre presagio que silba el vendaval.

De "Ecos del alborecer" del poeta cántabro José María Aguirre Escalante. Esto es de hace un siglo largo.

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