lunes, 29 de abril de 2024

Freidoras de aire y patinetes eléctricos, aceite y gasolina

Las freidoras de aire son al aceite lo que los patinetes eléctricos a la gasolina.

"La hija de Iorio" (Minerva, 1917) de Gabriel d´Annunzio, fragmento

"ALIGIO

A la montaña debo tornar. Madre, ¿dónde está la cayada del pastor, que de día y noche sabe los caminos de la hierba? Quiero tenerla cuando lleguen las parientas, para que vean cómo la he trabajado.

(La madre irá a coger la cayada de un rincón, junto al hogar).

CANDIA

Aquí está, hijo. Mira, tus hermanas te la han adornado para San Juan con espinacardos y claveles rojos.

ALIGIO

(Mostrando las figuras talladas).

En la madera del cornizo siempre las he puesto, cogidas de la mano, a mis tres hermanas, que me acompañan por los caminos de la hierba. Mirad, madre: son tres virgencitas, y tres ángeles vuelan sobre ellas, y tres cometas y tres palomas, y para cada una también hice una florecilla, y este es el sol con media luna, este es el planeta, este es el Sacramento, y este es el campanario de San Blas, y este es el río, y esta es nuestra casa. Pero esta mujer, de pie en el umbral, ¿quién es?

CANDIA.

Aligio, Aligio, ¿por qué quieres hacerme llorar?

ALIGIO

Y aquí abajo, junto al hierro que penetra en la tierra, aquí abajo, están las ovejas y el pastor; las ovejas, el pastor y la montaña. Y a la montaña debo tornar; aunque tú llores, madre, aunque llore yo.

(Se apoyará en el cayado con ambas manos, e inclinará la cabeza, absorto).

CANDIA

Pero la Esperanza, ¿dónde la pusiste?

ALIGIO

No la puse en parte alguna, pues ver su rostro no pude.

(Se oirá en la lejanía un clamor salvaje)."

De la tragedia pastoril de Gabriel d´Annunzio titulada La hija de Iorio (Minerva, 1917), pp. 19-21.

domingo, 28 de abril de 2024

La honradez

Llega de charla con un vecino con perro, él con cartones para no enfriarse el culo, se paran en el banco de los yonquis y de los viejos, van por tandas, había un viejo de antes de la pandemia en silla de ruedas que bajaba una radio a pilas, grande, donde ponía rancheras bajito, debió morir, y el yonqui ve un mechero posado, lo coge, comprueba que funciona y dice: es el de Javier.

sábado, 27 de abril de 2024

El sol de costumbre

Pasaba yo y salía él al umbral de la tienda poniendo la tira de un carrete de fotos a contraluz para ver. Era en la Plaza Pombo y a donde miraba no sé si era porque en ese momento el sol estaba allí o porque era el sitio acostumbrado.

Los Planetas - Corrientes Circulares En El Tiempo

viernes, 26 de abril de 2024

Falta de información

Estoy desinformado porque no sé qué relación tiene el rey con la familia Botín, no porque no sepa lo que es ese Princesa de Girona CongresFest del Tour del talento de ayer en Santander.

Los dibujos de Cajal

En ese papel posado en la pusiega de la chimenea de casa está el contacto del señor que vende dibujos originales de Santiago Ramón y Cajal.

Los descubrimos en el Rastro de Madrid. El de la tienda pedía unos doscientos por dibujo. Tenía una carpeta llena. No nos decidimos a comprar ninguno.

Más tarde apareció la noticia en El País.

Pasado el tiempo volví con la idea de comprar al menos uno. Lo hice con mi madre y mi tía, que aprovecharon el viaje. Todo se lio y no tuve ocasión.

Regresamos después Raquel y yo pero la tienda ya no estaba. El dueño había abierto otra que encontramos preguntando. Ya apenas le quedaban dibujos. Nos sacó varios y estaban con la tinta corrida, eran poco más que garabatos o resultaban sospechosos. Pedía además el doble por cada uno. No compramos nada pero nos guardamos el contacto.

Es ese.

jueves, 25 de abril de 2024

Las sardinas asadas

Coincidimos en una de las bocacalles que desembocan en mi antiguo colegio, que habíamos ido de paseo, a la hierba todavía no le había dado el suficiente sol como para que tuviera toda el mismo color, nos le encontramos descargando el maletero del coche, y charlando nos dijo que un familiar suyo se había comprado una de las casas de los pescadores, de las de detrás de la casa de los maestros, en el Barrio Moscú, que se decía. En el pueblo ya no quedan más, ya no hay viviendas disponibles, dijo.

También que se había incendiado el último restaurante donde se comían sardinas asadas.

Aquí ya no cabemos, eso dijo.

miércoles, 24 de abril de 2024

La anciana y el bebé

No había nadie que atendiera la pescadería y mientras esperaba apareció una señora muy mayor a la que pregunté si quería que sacáramos número pero ella contestó que no hacía falta y que solo había ido a comprar unos chicharros, yo unos lirios, y entonces le pregunté que cómo los preparaba y me dijo que ponía una base de patatas cortadas planas, empanaba el pescado y luego, cuando las patatas estuvieran un poco hechas, echaba los chicharros a la sartén y añadía un chorro de vino blanco y también limón, que su hija solo los comía así.

Iba a preguntar más, qué de su hija, por ejemplo, si vivía con ella o si vivía, que no sé por qué me dio por sospechar que no, o si ella vivía sola y dónde, en qué parte del barrio, o si era de Santander con ese hablar suyo tan cerrado o, en fin, cuánto tenía al pescado en la sartén, pero llegó la dependienta y se nos acabó el tiempo.

Por la tarde fuimos a una tienda de decoración y en la cola para pagar una madre le decía a su bebé, se lo decía llevándole en brazos esperando, haciendo aspavientos y haciéndose la sorprendida, que si nunca había visto flores, esas cosas que se dicen cuando todas las cosas son las primeras, mientras el bebé trataba de alcanzar un mantel de motivos florales que iba a comprar la madre.

martes, 23 de abril de 2024

El café de hoy

Ha venido a tomar un café, no lo suele hacer, es hoy porque se lo he pedido yo, a ver cómo está, que últimamente no nos vemos mucho, y a la salida hemos visto que una chica joven conocida con la que habíamos coincidido a la entrada había dejado la bandeja encima de la mesa, no la había retirado. Es una chica a la que le ha ido muy bien.

Eso es lo que hemos conseguido, dice mi madre, que todos esos jóvenes que pudieron estudiar y progresar deshonren sus orígenes.

Que quieran ser como los de arriba, remata.

Decía que a esta chica le ha ido muy bien, de alguna manera como a mi, por eso que no se pueda criticar que mi madre hablara desde la envidia, quizá sí desde el rencor o desde la decepción, incluyéndome, que tampoco yo siento que esté haciendo nada por los demás o ni siquiera por los míos.

Salimos, mi madre abre el paraguas y me cubre, doblando la esquina ella sube la cuesta de los toros, yo me pongo la capucha del abrigo y bajo la calle.

La panoja de Mariuca

Mariuca fue enterrada con una panoja que conservaba de Coterillo, donde nació, una panoja pequeña y naranja, antigua. Estuvo siempre rodando por casa. La metió en el ataúd su nieta, Raquel.

Mariuca tenía una pequeña tienda de ultramarinos adosada al Hotel Colón, en El Sardinero. Fue la primera paciente de la Casa de Salud Valdecilla, aquí.

lunes, 22 de abril de 2024

"La vida nueva de Pedrito de Andía" (Editora Nacional, 1951) de Rafael Sánchez Mazas, recomendación

El autor de este libro es el protagonista del libro de Javier Cercas, después película de David Trueba, Soldados de Salamina, aquel intelectual fascista (fue el que inventó el grito ¡Arriba España!) al que el joven republicano no fusila.

Mirando hacia atrás se me hace un libro barojiano pero más arreglado. Hacia delante, me recuerda a Álvaro Pombo. Pero se me escapa. Es un libro sencillo de un autor seguramente complejo en una época difícil de la que el propio autor fue artífice pero en la que leyendo este libro uno quiere advertir que no se sentía cómodo.

Bases sólidas

domingo, 21 de abril de 2024

Los los

Estados de ánimo en uno mismo son lo que queremos ver como personalidades en los otros.

La clave

Combinar (de forma acertada, se entiende) la elipsis con los detalles es la clave.

sábado, 20 de abril de 2024

Caperucita y el lobo


En la trasera, "Foto Lobeto (Requejada - Santander)".

Otros murales populares se hallan por ejemplo en la venta de Tajahierro, aquí, o en el bar de Jaime el de Lamiña.

Progreso

Desarmaron las antiguas paredes. En previsión de la noche encendieron las lámparas.

viernes, 19 de abril de 2024

La ascensión o el asiento de los pájaros

En el convento de Monte Hano, en Santoña.

La(s) creencia(s)

El otro día mi madre explicándonos a Raquel y a mí que cuando las niñas caían en éxtasis levantaban un cuadru alrededor, un recinto cuadrado hecho con palancos, porque empezaba a haber mucha gente

de hecho ella sale en alguna imagen apoyada en el cuadru mirando lo que le pasaba a su prima y a las otras niñas

y luego que Conchita preguntó a la Virgen por la hermana de mi madre que estaba mala, yo es una tía que no llegué a conocer, que si se iba a curar

y la Virgen debió responder que no porque la niña extasiada se puso triste y dijo "¿así que no se va a curar?" Efectivamente, no lo hizo.

El médico que la trataba, el Dr. Guillermo Arce, de quien tengo su biblioteca, dijo a mis abuelos que si se la hubieran llevado antes.

Mi madre recuerda quedarse en el correor cuidándola.

jueves, 18 de abril de 2024

La foto reencontrada

Esta foto tiene cuatro años. Es de cuando la pandemia. No sé si la he puesto antes pero ha aparecido revisando archivos y me ha parecido oportuno compartirla. Tiene puesto el significativo título de cuadru.

De la mano


"Relieve con la representación de una familia" del Santuario de Las Atalayuelas de Fuerte del Rey (Jaén). Finales del siglo II / siglo I a.C. Está en el Museo de Jaén.

Me recuerda a los grabados de Peña Horcada (Valderredible), aquí.

miércoles, 17 de abril de 2024

El nuevo vecino que no lo es


Esto es un señor de ciudad que ha comprado una cabaña por donde pasa un camino que siempre ha sido utilizado por los vecinos de los barrios altos. Ha cerrado la finca con una valla metálica de esas que parecen un inofensivo trenzado pero que terminan en punta. Ahora es necesario dar un largo rodeo para llegar al pueblo. Nosotros nos colamos pero con miedo. La foto está hecha dentro.

martes, 16 de abril de 2024

La señora de Puerto Lápice

Era una señora parada a la puerta de su casa, en el pueblo manchego de Puerto Lápice, donde El Quijote veló las armas, y nos paramos también nosotros porque en el dintel tenía un ramo de olivo, por saber, y nos dijo que era por Pascua, y entonces nosotros que por qué no laurel, a lo que respondió que no, que olivo.

Oliva, corrigió. El árbol es femenino.

¿Y la aceituna?

Aceituna.

Estaba en la puerta esperando a su hijo que era ingeniero y se había colocado en Madrid. Estaba por venir en coche con la nieta que era lo que más quería en el mundo, por eso esperaba en la calle, porque no se podía aguantar. A cada coche que se dejaba ver en lontananza daba un respingo:

¡Ese es!

Pero nunca era. Era de noche y empezaba a cerrarse. Ella hablaba y hablaba y daba saltos. La dejamos así, saltando a la comba con el haz de luz de los faros de los coches, dudando si tendría la cabeza en su sitio, el ramo de olivo a la puerta, a la puerta esperando a su hijo y la nieta, la luna tras un biombo pintado de nubes.

"Perder as bestas" (Xerais, 2023) de Manuel Veiga Taboada, recomendación

Perder as bestas (Xerais, 2023) de Manuel Veiga Taboada, aquí y aquí.

Fantástica novela. Ha ganado el Premio Nacional de la Crítica 2024.

lunes, 15 de abril de 2024

"Caja de los guerreros" de la necrópolis de Arjona, Jaén


"Caja de los guerreros". Necrópolis de Piquía (Arjona, Jaén). Primera mitad del siglo primero a.C. Se encuentra en el Museo de Jaén.

A mí es como si me estuvieran relatando lo que pasó en El Cimiteriu de los Príncipes de Sejos.

El cáncer


Barreda, 1954.

domingo, 14 de abril de 2024

El regalu de los pájaros / El regalo de los pájaros


Los pájaros mos han dejáu esti regalu ena jamoscaúra de la ventana. / Los pájaros nos han dejado este regalo en el alféizar de la ventana.

viernes, 12 de abril de 2024

"Augua"

Penny recoge para Tudanca la palabra augua, "agua". 

El edicto de la foto es del ayuntamiento de Arnuero. Claramente se lee "augua". Puede que se trate de una errata, pero...

jueves, 11 de abril de 2024

Casa, carro y el agua de lluvia que se escurre por el alero


De esta foto de una casa montañesa de finales del XIX me sorprenden las tablas que se han puesto creo que para proteger al carro de las goteraas.

miércoles, 10 de abril de 2024

La convivencia, la mezcla

Todos los vecinos de nuestra mano tenemos que tender la ropa en el mismo sitio, es decir, están todos los tendales alineados del primero al sexto.

Las pinzas se van cayendo, las vamos cogiendo.

Tras cinco años en nuestro cesto de pinzas las hay de todos los colores, formas y materiales. Algunas son nuestras, de las que compramos al principio o trajimos de nuestra anterior casa, otras no. Imagino que le pase lo mismo al resto de vecinos.

Esta mezcolanza de pinzas representa lo mismo que buscaba aquella acción artística no recuerdo si en el Forum de las Culturas de Barcelona o si en la expo de Lisboa que consistía en poner en el suelo un cuadro de piedrecitas blancas al lado de otro de piedrecitas azules con la idea de que al terminar la exposición las piedrecitas de un lado y otro estuvieran mezcladas.

Las cartas de la emigración

Le pregunté a mi madre por las cartas que enviaba a la familia mi tía desde Francia, si notaban que fueran abiertas, pero es algo por lo que ella nunca se había preguntado y no supo decirme. 

Sí que me dejó caer que no estaba bien visto recibirlas.

martes, 9 de abril de 2024

Tapase a cocón

Del wickionario cántabru:

  • taparse a cocón: cubrirse la cabeza totalmente con intención de asustar a los niños o simular que se les asusta, en tono de juego. También se les dice que se tapen a cocón para ahuyentar el miedo.

Paredes altas

No sé si cabría establecer alguna relación entre las llosas cántabras y los giardini segreti renacentistas italianos o entre éstos y esas huertas de paredes altísimas de nuestros pueblos.

Un indicador más

Mis lecturas son mucho más interesantes que lo que yo pueda escribir, y ese es un problema. Lo es para mí.

Indicadores

Yo ya tengo esa edad en la que saco las manos de los bolsillos cuando bajo las escaleras.

"No rompas el secretu", poema de Dhul-Nun l´igiciu

No rompas el secretu

El tú amor me roba´l sueñu
y el corazón enancha.

A subiu lu guardo
enos prejundos del arca.

No rompas el secretu
con que asina m´engalanas
vistiéndome d´honor.

L´alma arrebataa,
generosu Señor,
arretórnala de gracia.

Poema de Dhul-Nun, místicu igiciu del siglu octavu dispués de Cristu. Tomelu del libru La taberna de las luces: Poesía sufí del al-Andalus y el Magreb (del siglo XII al siglo XX), publicáu pol Gobiernu de la Región de Murcia en 2004 a jucias de Pablo Beneito, aquí. El libru físicu se puei mercar ena libriría Balqís de C´Arabia, aquí.

lunes, 8 de abril de 2024

El baile de las abejas

Si quieres saber dónde está el meleru sigue a una mosca de la miel que haya terminado de beber.

Meleru es como llamamos al panal salvaje.

La abeja primero va a hacer un quiebro, como queriendo despistar, y luego irá derecha al panal. También la puedes cebar y en lugar de esperarla junto a una fuente o a orillas del río puedes poner una lata con orín o agua con azúcar.

Las moscas de la miel antes de entrar al meleru hacen un baile.

El lobetu o vecino de Viaña con el que estábamos hablando lo representa para nosotros: los brazos pegados al cuerpo, agitando levemente las manos, diciendo que sí con la cabeza y dando pequeños saltos mientras gira a un lado y a otro, completando una semicircunferencia.

Se estaba yendo el sol. Refulgían los relámpagos, mudos. Todavía no había roto a llover.

El sol sal pol Picu´l Dorru y trespón pol Altu la Piedra.

A medida que hablábamos el vecino iba perdiendo el reparo y recurría cada vez con más entereza a la lengua de casa.

Me pasa entonces el brazo derecho por el hombro y señala con la mano izquierda primero el Picu´l Dorru y luego L´Altu la Piedra trazando entre ambos una semicircunferencia por el cielo.

Los truenos no tardaron en suceder a los relámpagos, retumbando por dentro.

domingo, 7 de abril de 2024

"El Hombrecillo de los Gansos" (José Janés Editor, 1947) de Jakob Wassermann, fragmento

"Daniel se hallaba en el mercado de fruta, delante de la fuente del Hombrecillo de los Gansos, y devoraba un par de manzanas.

El sol se dejó ver, y él noto que la sombra de la figura de la fuente retrocedía lentamente detrás de él hacia la iglesia. Le entristeció ver que el tiempo pasaba y cómo pasaba. Pero cuando se volvió y vió al hombre de bronce, con sus dos gansos debajo del brazo, de pie, tan indiferente y tan confiado, no pudo menos de reír.

Lo que le hacía reír era, de una parte, la inmovilidad del hombrecillo, aquella espera y aquel estar constantemente allí, y de otra la idea de que alguien pudiera parecer tan contento por una cosa tan nimia como llevar dos gansos bajo el brazo."

De El Hombrecillo de los Gansos (José Janés Editor, 1947), novela de Jakob Wassermann, p. 71.

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