viernes, 29 de septiembre de 2017

Campaña contra funcionarios públicos

Recuerdo la primera manifestación espontánea en Madrid tras el atentado del 11M, cuando todos creíamos que había sido ETA porque y por qué no, protegidos, protegidos porque teníamos miedo de otra bomba, y por qué no, por la guardia civil.

Recuerdo salir del garaje con mi familia para ir a comer y a un policía nacional desencajado revisando los bajos de los coches gritándonos que bajáramos y echáramos a correr porque habían puesto una bomba: la que explotó en los ministerios, a escasos metros de nosotros, oscureciéndose el día: se me nubló la vista y perdí el control, me sentí un animal huyendo, ni a mis padres -ni a mi madre gritando- reconocía, ni a mi hermano. Lo peor fue ese envilecimiento al que me vi sometido, esa humillación íntima. No se lo deseo a nadie.

Recuerdo inaugurar porque no íbamos a dejar que los terroristas condicionaran nuestra agenda una exposición en Santoña el día después de un atentado con coche bomba y una víctima mortal, Luis Conde. La desolación absoluta de los militares.

Recuerdo a los guardias civiles del control montado a la entrada de un pueblo en fiestas de Gipuzkoa pocos días antes de que asesinaran a Miguel Ángel Blanco, soportando impertérritos las burlas.

Estos recuerdos forman parte de mi memoria personal.

Espero que lo que viene a continuación no se entienda como un giro retórico.

También recuerdo la paliza de los guardias civiles a un familiar que se resistió a dar los papeles, de los municipales a mi primo cuando era un adolescente en los baños de comisaría, la detención de un amigo en El Sol por decir al paso de una patrulla "mucha policía" y consiguiente paseíllo esposado por el hospital, la paliza a un manifestante en Lavapiés, el montaje a los compañeros de Preguntar no es delito. Por hablar de tiempos recientes. Si me remonto a la dictadura, a la memoria atesorada (no debe ser oro, porque enmohece) por mi familia, la materna (al lado del cuartel, las palizas, los dientes que arrancaban a los gitanos) y la paterna (que vivían frente a los Salesianos cuando era cárcel y sacaban a los presos para tirarlos por el faro, ahora que dicen que no lanzaron a nadie al vacío desde allí), los recuerdos son terribles.

Pero la dictadura terminó (hay quien no está de acuerdo). Las leyes son lo único que tenemos los que no somos ricos (hay quien no está de acuerdo). Sin leyes estaríamos a su merced (hay quien no está de acuerdo). No somos gleba porque somos ciudadanos (hay quien no está de acuerdo). Y quienes defienden las leyes son la guardia civil, la policía nacional, etc., ese es su cometido (hay quien no está de acuerdo).

Queda mucho por corregir: anular juicios políticos, dar sepultura a los asesinados, enjuiciar a los golpistas; estar seguros de que si un policía comete un delito no librará. El estado tiene que verse fortalecido ahí. Por nuestro bien. Tiene que merecer la pena enfrentarse desde el estado a historicismos, etnicismos o amiguismos, tan cálidos.

En definitiva, no creo positiva, mucho menos justa, la campaña de desprestigio que se está moviendo sobre todo en redes, también en Cantabria, contra la guardia civil, la policía, etc., como si fueran poco menos que asesinos, así, en general. El uniforme se está convirtiendo en un sambenito. Supongo que esta campaña de acoso y derribo arrecie en los próximos días. Yo ya he declarado lo mucho que les debo. Pero siendo mucho, o precisamente por ser tanto, todavía es más lo que espero de ellos.

miércoles, 27 de septiembre de 2017

El legado de Manuel de Cos

Me sumo al pésame por el fallecimiento de Manuel de Cos.

En su día se intentó dar cobijo público a su colección de imagen fija y en movimiento, pero las condiciones impuestas (que si solo copias o que si copias y negativos, que si los negativos ya estaban comprometidos, que quién costeaba las copias, etc.), la multitud de instituciones implicadas, cada una con sus intereses y cotos, los presupuestos que se manejaban..., lo hicieron imposible.

También es cierto que si le pedías algo a título personal, lo que fuera, te lo daba sin titubeos. Incluso si sabía que estabas interesado en algún tema en particular (trova, por ejemplo, o minería) te llegaban paquetes a casa con cintas sin necesidad de que se lo pidieras, a coste cero, es más, pagando él incluso el envío.

Sé que hay fondos en la BNE y creo que también en la Fundación Botín y en la Universidad de Cantabria (si no estoy equivocado fue Bernardo Riego quien negoció en nombre de esta última), además de en dos sindicatos, como poco. Espero que el resto del legado se pueda colocar en bloque en alguna institución responsable.

Cabuérniga en Jot Down

"Cuarenta palabras", de Rubén Díaz Caviedes, aquí.

martes, 26 de septiembre de 2017

Coplas a la caída de Santander, 1937

Efímera de 1937:



Si pincháis se hace grande. Está a la venta en internet, aquí.

Me viene a la cabeza la foto de las tropas franquistas celebrando la caída de Santander, aquí, también a la venta.

Alguien debería estar preocupándose por este tipo de documentación, digo incluso a título personal. Yo compro todo el efímera médico que encuentro y me parece interesante, no puedo hacerme cargo de más.

lunes, 25 de septiembre de 2017

Entrevista a Olazarán, 1978

Hemos comprado en el rastro de este domingo Crónicas sobre la guerra civil en Santander (1979) y hemos encontrado dentro varios recortes de prensa, entre ellos una entrevista de Miguel Ángel Castañeda a Olazarán con fecha a bolígrafo de 1978, que copio a continuación.

"Juan Ruiz Olazarán ha regresado a Santander, tras 39 años de ausencia. Juan Ruiz ha vuelto y para quienes no le conocimos como presidente de la Diputación y luego como gobernador civil de Santander durante la guerra civil, su figura, su talante y sus ideas nos dejan un tanto sorprendidos. Es un hombre elegante, bien vestido, a quien el acento mejicano no se le ha adherido lo más mínimo, y que cuando expresa su opinión sobre la situación actual de España lo hace desde una posición muy moderada.

Ruiz Olazarán ha regresado a su Santander tras 39 años de ausencia, muchos años para que la emoción no le embargue. Su visita es exploratoria, porque más adelante a lo mejor se viene para quedarse aquí a vivir.

Hablamos con Ruiz Olazarán en el Hotel Bahía, cuando ya lleva varios días en Santander, algunos de los cuales los pasó en Castro Urdiales. Juan Ruiz ha venido a España con pasaporte mejicano, sin ningún tipo de traba o impedimento.

- Don Juan, ¿cómo fueron sus últimos días en Santander y en España? ¿Qué ha sido de usted durante todos estos años?

- Yo salí de Santander poco tiempo antes de que cayera en manos del ejército de Franco. Me fui en un submarino que desde este puerto navegó a Gijón; allí proseguí mi trabajo y cuando ya el frente del Norte se desmoronaba abandoné España en barco junto con otros refugiados y pasé a Francia. Desde este país volví a Valencia, aún en manos de la República, y allí desempeñé el cargo de director general de Área Local. Más tarde viajé a Barcelona donde fui nombrado director general de Seguridad, cargo que desempeñé muy poco tiempo, ya que dimití pronto. Cuando ya era inminente la caída de Barcelona salí a Francia, donde quedé internado en un campo de refugiados. Poco más tarde fui a vivir a Burdeos para embarcar, cuando ya estaban los alemanes ocupando Francia, hacia la República Dominicana. Desde este país pasé a Cuba y ya, finalmente, viajé a Méjico, donde estaba la colonia de republicanos y allí vivo en la actualidad con mi mujer y mi sobrina.

Ruiz Olazarán tiene una imprenta de Offset en Méjico, es en la actualidad director del centro de capacitación Litográfica y director de la revista Transformación.

- Han sido 39 años fuera de Santander. ¿Cómo ve ahora la ciudad?

- Ha cambiado totalmente. Veo que ha crecido mucho y me ha causado una grata impresión, al menos la parte que he visitado.

- ¿Cómo se ha vivido España entre los exiliados? ¿Pensó usted que tardaría tanto en regresar?

- Yo he seguido día a día los acontecimientos de España. Todos los que llegamos a Méjico pensábamos que aquello era breve y provisional. Al terminar la Guerra Mundial nos pareció que la apertura del régimen de Franco debía ser inminente. Vivíamos de forma provisional, hasta que poco a poco nos fuimos dando cuenta de que aquello sería más largo de lo previsto. Los montañeses que estábamos en Méjico nos reuníamos todos los meses, manteníamos contactos, periódicos y procurábamos saber todo lo concerniente a Santander.

Ruiz Olazarán tiene un verbo fluido. Habla son pasión, como si lo que cuenta no se refiriera a sí mismo. Dentro de él están escritas páginas de la historia de Santander, páginas que parece están a punto de salir a la luz, ya que un equipo de investigadores recogen material para escribir un libro sobre el año que Santander estuvo bajo el mandato republicano durante la guerra. Juan Ruiz será uno de los entrevistados para reconstruir hechos y situaciones aun no perfectamente aclaradas.

- ¿Cómo fue aquí el 18 de julio?

- Me acuerdo que la primera noticia la tuve por Julio Valín periodista del Cantábrico. Santander quedó aislada telefónicamente con Madrid y a las autoridades de Santander nos constaba que el coronel del cuartel estaba dentro de la conspiración así que tomamos medidas. Primero colocamos un hombre de confianza en Telégrafos para que interceptara el telegrama que era la clave del alzamiento. Después colocamos gente armada en los lugares estratéegicos. Los días pasaban y el coronel se mantenía en el cuartel con la tropa dentro. Le invitamos a que bajara a la ciudad para hablar con nosotros. Al fin accedió y entonces le entregamos un falso telegrama en el que desde Madrid se le ordenaba resignar su mando. Una vez logrado esto se controló el cuartel y se dio permiso a la tropa. Desde luego si salen a la calle Santander hubiera sido nacional, pero nuestros movimientos y la falta de decisión del coronel al quedar incomunicado, hicieron que fracasara aquí el alzamiento.

La conversación con Juan Ruiz Olazarán es muy interesante. Tiene un especial talento para la charla y sabe contar las cosas con detalle y precisión.

Juan Ruiz volverá a Méjico dentro de poco. Luego estudiará su experiencia en España y quizá de ella salga la decisión de volver a Santander para siempre. Ruiz Olazarán tiene 75 años, piensa ya en retirarse y por ello Santander es el lugar que le parece idóneo para pasar sus últimos años. Nos cuenta que Bruno Alonso sigue delicado de salud lo que le impide venir a España; nos habla de otros compañeros, de sus años en Méjico, de las ganas que tiene de contar algunas cosas sobre la caída del frente de Santander...

La entrevista se haría libro; es tarde, Juan Ruiz ha regresado a España hace menos de un mes y pasa aquí el verano, como un turista más, como un indiano."

Es un texto editado, claro. Aparte de lo obvio, dudo que Olazarán se refiriera al golpe de estado como "alzamiento"; la misma duda me despierta que tras la II Guerra Mundial el exilio republicano en Méjico, y en particular el montañés, estuviera esperando la "apertura" de la dictadura y no su caída a manos aliadas.

miércoles, 20 de septiembre de 2017

domingo, 17 de septiembre de 2017

All people



Para ir terminando este fin de semana largo dedicado a proyectos inconclusos.

sábado, 16 de septiembre de 2017

Y el aroma del café nos hacía sentir como en casa

El otro día estuve tomando un café con Manuel García Alonso y Ángel de Diego Celis en el centro. De todos los temas que se pusieron encima de la mesa traigo aquí solamente uno, el que más tiene que ver con este blog.

La arquitectura montañesa anterior al s. XV, alineada con la del resto del norte, era de madera, frente a la de Europa del sur, en la que primaba la piedra. De madera no solo por la disponibilidad de la materia prima, sino también por la inmersión de nuestra cultura en el entorno: la casa se renueva como lo hace la naturaleza (en Japón sabido es que hay templos milenarios pese a que la madera con la que están construidos, la madera que da cuerpo al imaginario que representa el templo no tiene más de cien, de ahí que en Japón se proteja ante todo el conocimiento, al artesano capaz de reproducir la cosa antes que a la cosa misma). La edad moderna trajo muchos cambios. No por casualidad se llama moderna. Uno de ellos fue esta sustitución, este paso de la madera (autóctona) a la piedra (moderna). La arquitectura montañesa que conocemos, el estadio más antiguo que somos capaces de reconocer, las llamadas casas góticas o, entre paisanos, bajas, es producto en lo fundamental de estas nuevas coordenadas, lo cual no impide que determinados rasgos autóctonos (en oposición a modernos) se mantuvieran en el tiempo, como lo que aquí hemos venido llamando el cuadru o alma de madera que habita el interior de nuestras casas de piedra.

Lo mejor que se dice de un rey polaco en los albores de la edad moderna, de nombre imposible, es que trajo la piedra a Varsovia. Esta sustitución es uno de los goznes de la nueva era. Hay un hilo que enhebra todas las cuentas del paisaje europeo, roto cuando el piloto anuncia que estamos sobrevolando Pamplona; de inmediato el paisaje cambia y se abre paso el secarral. Cantabria forma parte de la frontera sur del norte.

Cabría determinar el porqué de esta sustitución de una materia por otra, y del ramal, estudiar el nuevo patrón constructivo, sus características, promotores, por qué se impuso, cuál era su meta o modelo ideal, si es que lo tenía, y si lo alcanzó, en cuyo caso habría que preguntarse si lo representa la casa montañesa canónica o no, etc., lo que de alguna manera implicaría saber, aunque solo sea por oposición, cuál es el patrón anterior (que quizá responda no tanto a un esquema impuesto como a unas constantes o modos de hacer), así como los elementos premodernos que incorpora la arquitectura moderna, por qué y de qué modo lo hace, etc., en un contexto noreuropeo.

Y lo más importante, urge localizar y estudiar todas las casas góticas (las que quedan) y conservar ("conservar es intervenir para actualizar", en palabras de Jaime Izquierdo Vallina) las más representativas mediante la elaboración y puesta a disposición pública de manuales procedimientales que faciliten reformas sostenibles (para propietarios y constructoras, en particular las locales de pequeño tamaño) y adquisiciones públicas puntuales (me viene a la cabeza una casa gótica en Ruente impresionante, en ruinas pero impresionante, que hasta hace poco estaba a la venta), además de proteger, llámese BIC o lo que sea, el conocimiento que explica la lógica de las casas, patrimonio inmaterial, puedo asegurar que todavía activo, que hay que cuidar como oro en paño porque es la semilla que permitirá renovarnos.

jueves, 14 de septiembre de 2017

Saludando

En anteriores entradas ya comenté que una tía mía cabuérniga saluda con alegría "¡olá!" (levantando y girando las manos, como quien lo hace con una pandereta para que suenen las sonajas, no agitándolas) y que en mi familia el saludo sorpresivo es "¡éi!" (te paras y departes) y "¡óu!" cuando es con algún conocido y no paras.

En gallego: "Pódese facer preceder o que é propiamente o saúdo por unha interxección que expresa sorpresa (agradábel) e alegría como Ola!, do que existen numerosísimas variantes (dende o portugués Olá! e o español ¡Hola! ao angloamericano Hello! e o alemán Hallo! ou o hawaiano Aloha!). Tamén aparece moitas veces Ai! Ei! Oi!, con variantes como o Hi! británico, o Hai! finés, o Hau! sioux, o Hei! noruegués ou o Oi! frisón." Henrique Harguindey en Sermos Galiza, aquí.

miércoles, 13 de septiembre de 2017

Castaño

Colindres tenía un árbol monumental, un castaño, el de la iglesia de San Juan, que es la que se levanta en el promontorio que se alcanza a ver desde la autovía, cuando cruzas el puente nuevo.

¿Antiguo árbol concejil? Probablemente.

Hay plátanos circundando el corru de la iglesia y algún otro árbol que parece nacido de una pepita. Este castaño era el único que estaba dentro del recinto. Alguien le había puesto un columpio. No lo utilizábamos, más por respeto al árbol que por cualquier otro motivo, por ejemplo vértigo, como era mi caso, que no toleraba los columpios. 

Solo subía a la iglesia de Colindres de Arriba cuando hacía buen tiempo. Por eso recuerdo su sombra: bocadillo y agua de la cantimplora de mi hermano, que sabía a metal, o botellín de naranja si era el día de San Juan, aquí.

De camino a Bilbao subimos el otro día Raquel y yo a la iglesia, al árbol.



Me sabía un nial.

martes, 12 de septiembre de 2017

Realismo soviético en Santander

El edificio de la Consejería de Sanidad de Cantabria, en Santander, refleja influencias realistas soviéticas. No conozco otro ejemplo entre nosotros. Debe ser de la época de Pumuki.

Pongo la única foto que he encontrado en internet:



Es una edificio a redescubrir.

Pongo a continuación arquitectura hermana de Varsovia, de los años cincuenta a los noventa (las fotos no están colocadas en este orden):

lunes, 11 de septiembre de 2017

El Centro UNESCO en Cantabria y el Archivo Lafuente

Fantástico Enrique Munárriz, periodista de El Diario Montañés, explicando lo que está pasando en torno a la sede de la UNESCO en Cantabria y el Archivo Lafuente. Balbona, no te echamos de menos.

"De materializarse esta propuesta de una vez por todas [Centro UNESCO en Santillana del Mar, vinculado a la Fundación Botín], se pondrá fin a una operación que lleva enquistada desde que el expresidente del Gobierno de Cantabria Ignacio Diego la anunciase en 2013. Pero los continuos incumplimientos de la comunidad autónoma con el Ministerio de Hacienda han dejado en ‘stand by’ la operación y han obligado a su puesta en marcha, al menos de forma temporal, en las instalaciones del Instituto de Patrimonio Cultural, en Madrid.

El Centro Internacional de Arte Rupestre tenía todos los parabienes de Patrimonio del Estado, que cedió «exclusivamente» el edificio del Banco de España para su uso a cambio del edificio del Archivo Histórico Provincial, situado en la calle Gravina de Santander, como se especifica en el Registro de la Propiedad.

A pesar de ello, Cantabria decidió dar marcha atrás y convertir esta instalación en la sede del Centro Asociado del Reina Sofía con el Archivo Lafuente como fondo permanente sin contar con los parabienes de su legítimo propietario.

No fue hasta siete meses más tarde, a menos de un mes de las elecciones autonómicas y municipales de 2015, y previa llamada de atención de la Administración central, cuando el por entonces consejero de Cultura, Miguel Ángel Serna, solicitó oficialmente por escrito el cambio de uso. Lo achacó a motivos sobrevenidos y pidió que rebajara sus exigencias para que el inmueble dejara de estar vinculado al Mupac y pudiera acoger el Reina Sofía o cualquier otra instalación cultural.

Esta situación todavía ha complicado aún más las relaciones con Hacienda. Y, a día de hoy, la delegación santanderina de los denominados Centro de Categoría 2 de Patrimonio Mundial de la Unesco, el séptimo del mundo, se encuentra instalada en Madrid.

Finalmente, en abril del año pasado se decidió proponer como futuro sede la localidad cántabra de Santillana del Mar, aunque poco o nada se ha avanzado desde entonces.

Aunque estas sedes no pertenecen directamente a la organización internacional, sí se benefician de su sello y su supervisión. Las otras seis, cada uno enfocado a una faceta, están en Baréin, Brasil, China, México, Noruega y Sudáfrica. España se añadió a la lista en noviembre de 2011, cuando la Unesco eligió la candidatura presentada por el Ministerio de Cultura, que entonces dirigía Ángeles González-Sinde.

El proyecto se apoyaba en Altamira, Atapuerca, los 43 elementos que hay en España declarados Patrimonio de la Humanidad (el segundo país del mundo con mayor número) y las 765 localizaciones con arte rupestre repartidas por toda la geografía."

Mucho me temo que también perderemos este tren. Y la culpa de nuevo la tendrá Yoko Ono.

Casa gótica en El Alta, joche del gato, escaparate montañés y setales en movimiento

(1)

Posible casa llana gótica de origen, en El Alta de Santander:



(2)

Joche del gato:



(3)

Colindres de Arriba:



(4)

Escaparate en Cabezón de la Sal:



Entradas relacionadas aquí y aquí, entre otras.

(5)



(De una exposición en la Biblioteca Municipal de Santander dedicada a Jan).

Los setales nos decían un vecino de Bejes (Liébana) que se mueven, que van dando saltos.

domingo, 10 de septiembre de 2017

"Ahora", de Manuel Arce

Somos muchos los que creemos que "Ahora" es el mejor poema de Manuel Arce, por muchos motivos, el principal, al menos en mi caso, por su sinceridad, moneda de raro curso. Lo copio en su versión de Sombra de un amor (La Isla de los ratones, edición de 1969). Nuestro ejemplar se lo regalé a Raquel el día de su cumpleaños. Tengo casi por seguro que es el personal de Manuel Arce. Más de una vez el propio autor me leyó poemas de este mismo ejemplar, como creo, en su casa. Si le dejas, el libro abre solo por este poema.

Ahora

Éramos como dos pequeños reyes en el mundo de nuestro corazón.
Nuestras ideas eran como tigres recientes.
Nuestro dolor era así también: como un reciente tigre frente a la vida.

Y ahora...
(No he querido decirte que el otro día fui a pedir empleo.
Esperaba darte una sorpresa.)

Fui a pedir empleo.
Fui a pedir empleo a un Banco.
Fui buscando un piso donde pudiéramos vivir,
soñar,
hacer realidad tangible este reino de amor que se nos derrumba adentro.

Pero las ventanillas de los bancos;
pero las antesalas de los directores de Empresa;
pero los corredores de pisos baratos.
Todo ese mundo horrible,
toda esa vida historiada en instancias y pólizas,
todo me dijo que éramos ruines,
que éramos pequeños,
que éramos miserables.

Y yo no tuve valor para hablarles del hijo que esperábamos.
Y yo no quise decirles que esperábamos un hijo,
a quien llamaríamos Teresa o Manuel...
Porque cómo hablarles de nuestros sueños;
cómo decirles que un pájaro,
una flor,
una hierba pisada
a quien un día miramos enternecidos...
Con qué palabras decirlo para que nos comprendiesen.
(Un pájaro,
una flor,
una hierba pisada...)

Y yo no quise hablarles del hijo que esperábamos,
porque ¡cómo hablarles de tantas cosas,
si ellos desconocen ese reino mágico que se llama amor!

jueves, 7 de septiembre de 2017

Varsovia Panda

Los alemanes arrasaron Varsovia

con los rusos esperando al otro lado del río,

el río Vístula

en el barrio de Praga.

Fue el año 1944, el año del Alzamiento.

Cabe preguntarse por qué no hubo reacción antes

cuando los alemanes eliminaron a la población judía

polaca, a fin de cuentas.

La insurgencia

la polaca nacionalista

fracasó y quedó diezmada.

Los rusos cruzaron entonces el río

tomaron y reconstruyeron la ciudad

siguiendo dos estéticas:

la historicista, con la obra de Tintoretto como referencia

y la realista rusa, aquí más que nunca

con casas que me recuerdan a las que hacía de pequeño para grillos

con cajas de galletas

musgo, una ramita y lechuga dentro para que coma

y abrirla para ver

nubes prendidas como banderas negras

cuervos

grandes avenidas arboladas

y el silencio.

*

El primer millón se roba,

se dice ahora:

solares y rascacielos

son las nuevas coordenadas.

*

Domingo

y mi último día en la ciudad.

Cuervos mudando la pluma,

blancos, rasgando las nubes.

Llueve.

Entro al único centro comercial abierto.

Nada del frío de afuera.

Pero la lluvia corre por el techo de cristal

como el lobo recorre siempre la misma senda,

anticipándose.

*

Suena por los altavoces:


miércoles, 6 de septiembre de 2017

Libros para intentar dejar de ser un cosmopaleto cántabro (y 15)

"Epílogo" a Puerca tierra, de John Berger, disponible aquí.

Conocer lo que te rodea es conocerte a tí mismo.

Fragmento de "El silencio", novela de M. Urruzola

"Quedaron en silencio. Ambas bebieron de sus copas y esperaron, dando tiempo a que el vino templara el cuerpo y también el ánimo. Lola parecía buscar las palabras adecuadas para seguir hablando.

- Todo esto hizo que me preguntara muchas cosas sobre la familia, cosas que nunca me había preguntado, cosas que me doy cuenta que no sé...

- Tal vez porque nunca las preguntaste, Lola -la interrumpió su tía.

- Sí, tal vez... porque no pregunté, o porque no sabía que tenía que preguntar, o porque siempre me sentí un poco afuera de la familia. Un poco lejos y un poco afuera -dijo en un tono que no pareció de reproche, apenas una constatación.

- ¿Afuera? -se extrañó Charo-. Todos estamos un poco afuera cuando crecemos, porque imaginamos un espacio de adentro algo infantil. Yo también podría sentirme afuera, pero dudo que exista ese adentro que a uno le gustaría."

El silencio
, fantástica novela de María Urruzola sobre los niños perdidos de la posguerra publicada por la editorial navarra Pamiela en 2017, aquí.

martes, 5 de septiembre de 2017

Libros para intentar dejar de ser un cosmopaleto cántabro (14)

Estudio estructural del habla de Tudanca, del año 1978, y El habla pasiega: ensayo de dialectología montañesa, año 1970, ambos de Ralph J. Penny.

Con ejemplares en bibliotecas cántabras.

Y ya sabes, no te canses si no quieres, siempre podrás seguir despreciándonos.

Etimología de Palombera

En relación con el topónimo cabuérnigo Palombera, de etimología polémica, copio lo que sigue de Diplomática asturleonesa (Universidad de León, 1994) de María del Pilar Ávarez Maurín: "Identificamos el lugar [medievales Palumbaro y Palombera] con [el actual] La Palomara, peña caliza que domina el Valle de Pardomino; pero, si bien existen coincidencias en la configuración de este terreno con los numerosos Paloumères y Palomera de Gascuña y Cataluña, que designan colinas o lugares apropiados para la caza de palomas silvestres y donde se pueden localizar nidos de palomas torcaces (...) creemos que es muy probable que Galmés de Fuentes esté en los cierto cuando sospecha aquí la existencia de la raíz prerromana *pal/pala [con el significado de] ladera lisa y casi vertical o pradera inclinada y escarpada, que aparece (...) en la toponimia de los Alpes y del Pirineo gascón y catalán, y es atribuible por ello a un sustrato alpino-cántabro-pirenaico."

"Acerca del origen de esta raíz *pala los lingüistas han enunciado diversas teorías. Bertoldi la incluye en un sustrato mediterráneo occidental; para Meyer Lübke es preindoeuropeo; Hubschmid concluye del análisis de las formas antiguas de la Península Ibérica su origen véneto-ilirio. Menéndez Pidal considera que se trata de una raíz de origen ligur, mientras Rostaing coincide con Meyer Lübke en su origen preindoeuropeo. (...) En todo caso, el significado antiguo ha sido determinado unánimemente como el de ladera de un monte y su empleo se extiende desde la zona de los alpes hasta la zona de Asturias y León."

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