Una vez fue a buscar agua con un caldero a una casa de detrás de la carnicería, donde los primeros eucaliptos, que a nuestra casa no llegaba. Fue donde aquellos vecinos porque la querían mucho, había sido maestra de sus hijos. De vuelta cargada con el caldero de agua fue cuando sintió por primera vez un dolor así.
En las fiestas del 1º de mayo de la C/ Tantín de hace un par de años un hijo de la gran puta de Colindres que creo que iba de comunista acompañado de su hijo atacó en el grupo que yo estaba a los antiguos maestros de su pueblo por no tener arreglada la casa, de cuyo mantenimiento se ocupaba el ayuntamiento, o debía, por tenerla fea, decía, supongo que por el verdín de la fachada, por ejemplo. En el grupo había varios maestros jóvenes que no dijeron nada. Yo creo que no sabían ni de lo que se estaba hablando.
Tampoco yo me defendí. No servirá de tanto tanta educación.
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