Voy a entrar al súper del barrio, a uno de los que hay, que hay muchos, vivimos en el centro, y veo que una niña pequeña suelta la mano de su madre, retrocede y recoge del suelo el paraguas que se le ha caído a la señora que pide en la puerta, tiene todo un tinglado montado, y se lo da a la mano.
Entro pensando en el gesto de la niña y no me doy cuenta que está dentro mi sobrina con un peto azul pidiendo comida para el Banco de Alimentos.
¡Tío!
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