domingo, 6 de octubre de 2013

¿Ó quedó la maceta, hom?


En Cosío.

Envés


En el interior de una puerta de Valle, Cabuérniga.

Dos balcones de Lamiña

Fuera (dando lugar al característico "pecho de paloma" en los esquinales):
 

Dentro:


En ambos casos lo que se persigue es resguardar la madera de los balcones para que no se pudra.

Dos postes de potrear más

Aquí puse un poste de potrear de, creo recordar, Lamiña. Ahora pongo otros dos de Viaña.
 


Post-it


Voy a la poza, en Viaña.

Tornos


En Cosío.


En Viaña.

En una puerta de cuarterón de Cosío



 

Secretos que esconde el monte


Tablaos

Las casas tradicionales montañesas son como armarios sostenidos por cuatro postes, que también sostienen la cubierta, envueltos en piedra. Las paredes interiores de la vivienda son tablas que encajan en carriles superiores e inferiores, tablas que encajan también entre sí. Reciben el nombre de tablaos. Son ya muy difíciles de ver.

La pared interior del cuartu del portal (nunca la pared exterior, que era de piedra para protegerse de las salpicaduras o de las cornadas de los animales) podía ser también un tabláu.

Pongo foto en detalle, aunque bastante mala, de un tabláu que se conserva en el cuartu del portal de una casa montañesa. Ni un clavo.

 

jueves, 3 de octubre de 2013

Ciervos volanderos

Cuando yo era pequeño la bolera de Sopeña tenía una luz, la luz, compuesta por una bombilla con su lámpara colgando de un cable que iba de plátano a plátano, a la altura de la caja de los bolos. De noche se arremolinaban en derredor los ciervos volanderos. Los matábamos porque nos decían que de noche eran peligrosos, que sacaban los ojos, sobre todo yendo en bicicleta. Estaban en peligro de extinción, como muchas de nuestras palabras. Una noche decidimos acabar con todos.


No sospechaba que hubiera quedado uno. Lo encontré aplastado en el barrio de los cocheros.

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