miércoles, 30 de enero de 2013

La casa de Sotileza

Quedé hace un tiempo con los dos responsables de la "rehabilitación" del Cabildo de Arriba de Santander. En este barrio se conserva la casa de Sotileza. Sí, la de la novela de Pereda, nuestra novela del mar, la del poblachón que fuimos y que por haberlo sido no interesa recordar por inapropiado, es decir, por pobre. Esteban Polidura, que era del barrio, recuerda a Pereda husmeando por aquí y por allá, tomando notas, mal visto, un fisgón. Lo recuerda en unas páginas impagables que recuperó hace unos años Cantabria Tradicional (la de Ramón). Recuerda también a Sotileza, ya mayor cuando publica sus artículos. Simón Cabarga publicó una foto de la casa que se decía era la de Sotileza. Se la enseñé a nuestro cronista oficial, Benito Madariaga, a raíz de un libro que estaba preparando yo para la Expo de Zaragoza (terminó siendo el primer libro electrónico del Gobierno de Cantabria, inencontrable en bibliotecas públicas) y me dijo que esa casa se había tirado con la construcción de la Rampla de, precisamente, Sotileza. Pero no es así. He localizado la casa. Es la nº 13 de la calle Alta (Callalta, tal y como lo escribe Esteban Polidura). Como no podía ser menos, es una de las más humildes del barrio. Ahí está la bodega donde vivió Sotileza con su familia de acogida. Corresponden las alturas, todo. Quedé con un amigo que es arquitecto. La idea era documentar, en la medida de lo posible, la casa. Pedí permiso. Me lo dieron. Estuvimos visitando el entorno y no nos dejaron entrar por seguridad. He pasado por allí ayer por la noche. Han tapiado la puerta de la bodega y la del portal. Por si acaso.

Al menos que se sepa. Y que se sepa que lo sabemos.

Sabiéndolo, cuando la tiren, porque la tirarán seguro, los que lo sepamos (tú, lector, como yo) seremos culpables por omisión.

martes, 29 de enero de 2013

Boronos

Escucho en una radio local el anuncio de "BoronO RíO CollaDO", lebaniego. Es que ni una, no dan ni una. Pero la culpa no es suya, sino nuestra. No somos capaces de llegar ni lo más mínimo a quienes son nuestro target. Qué poca pegada tenemos.

En todo caso, poner en marcha una empresa así es encomiable y merecen todo mi respeto, aunque no esté muy conforme con un detalle tan menor como el nombre.

Si no es qu´está escundía en un juriacu del conventu, cumu los bujanos

Morrió* la monja que robaba bebés. Y lo jezo sin dicir en qué familia los acaldó. Cona sú muerte, las madres biológicas han pirdíu la última esperanza d´alcontrar a los sús hijos.

Veendo la noticia ena tele, la mí madre dijo: "ésto se sabía de siempre. Las monjas decidían quién merecía ser madre y quién no. Si eras madre soltera y pobre, lo llevabas crudo".

Y qué mejor selección natural, pa esta monja, que la muerte.

*En cántabru diferenciamos ente "murir", que es lo que jacin las personas, y "morrer", los animales.

¿Que lleve barba es síntoma de tener una cuenta de banco abierta en las Barbados?

 
Se dirige hacia la derecha, hacia adelante, siguiendo el sentido de lectura occidental, mirando a los ojos del que mira la foto, que queda un poco rezagado, dejándole paso. Por la derecha entra la luz, a cuyo foco se dirige. Queda a nuestra espalda, aunque no del todo. Si también queremos alcanzar el foco de luz, basta con que nos giremos y le sigamos (en el lapso de tiempo que dediquemos a girarnos, él ya estará allí, esperándonos). El fondo se divide verticalmente en dos: el que deja atrás, un marrón que podría ser oscuro pero que es claro, y el gris que le espera. El gris no es un color positivo, es un color por hacer, pero éste está bien iluminado. La frontera, el  corte entre el marrón claro y el gris iluminado es evidente. Pero todavía hay más marrón que gris, todavía hay más de lo que ya empieza a ser pasado que de lo que está por venir. Cuando llegue al foco de luz, cuando gracias a él recibamos la luz (que, ojo, no nace de él, sino que es él quien nos la facilita; aquí el chico no deja de ser comedido), tendremos noticias, seguro.
 
La fotografía no está trucada, responde fielmente a la realidad... una realidad que sí lo está. 
 

domingo, 27 de enero de 2013

Zarceras de las bodegas burgalesas

Las bodegas suterránias de Fuentelcesped, ena ribera´l Duero, pruvincia Burgos, tienen chimineas pa que l´airi circule de cuntinuu polos túneles, respiraeros pa que´l vinu aliende. Estas chimineas son lu únicu que surde del suelu. Son cumu muriazos con ventanos polos que l´airi entra y sal. Ellos llaman a estas chimineas "zarceras", no sabin el porqué.

Las bocas de las chimineas de las bodegas sutirránias están tapáas con rijillas metálicas pa que no entrin pájaros, sapulatos, ect. Cudo qu´estas rijillas pudieron estar daquella jechas de maera. D´estar eno cierto, quiciás "zarcera" esté relacionáu conos muestros zarzos o sietos entetijíos con varas d´avellanu. Es una posibilidá.

Fuentelcesped

Fuentelcesped, en pleno corazón de la ribera del Duero, en Burgos, se organiza en torno a una colina que no está rematada por un castillo, como podría desprenderse del tópico castellano, sino que, muy al contrario, se encuentra taladrada por infinidad de túneles empleados como sistema defensivo durante la Guerra Civil y la de Independencia, que recuerden los vecinos, y para elaborar vino. Un castillo, el de la colina de Fuentelcesped, vuelto hacia dentro.

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