jueves, 25 de octubre de 2018

Dos calaveras (un asunto de bioética de andar por casa)

El otro día en el suplemento "Conocimiento" del EDM patrocinado por la UC se publicitaba la noche de los investigadores o una iniciativa similar (no es lo importante ahora) con la foto, entre otras, de un chico con dos calaveras en la mano. Es seguro que fueran artificiales. Pero haciendo un alarde de imaginación, supongamos lo contrario: ¿es ético que se utilicen restos humanos para publicidad? En mi opinión, no. ¿Y para publicidad científica? Me entran dudas.

Pero, ¿qué es publicidad científica?

Estamos viendo cómo los productos cosméticos invierten en ciencia al tiempo que toman las farmacias, que se han convertido en el nuevo punto de venta caliente de las cosméticas, empresas que, como decía, financian investigación con largueza. En este contexto, ¿es la publicidad de un dentífrico, por ejemplo, publicidad científica? ¿Y la de unas jornadas de divulgación científica, lo es?

¿Qué es lo que hace científica a la publicidad? ¿Que el producto (en sentido laxo) publicitado se venda en una farmacia (como el dentífrico), que se venda a sí mismo como científico (caso de las jornadas), que la fórmula del producto la haya sintetizado un laboratorio financiado por la empresa que luego lo pone a la venta o qué? Supongo que si las respuestas a todas estas preguntas estuvieran claras todas las empresas harían lo posible por vender su publicidad como científica, por el prestigio cuando menos, en cuyo caso habría que plantearse una nueva tanda de preguntas.

Así que ante este panorama un tanto confuso creo que la solución está en el primer párrafo, precisamente en las dudas que me entraron cuando me preguntaba a mí mismo si para la publicidad científica se podrían hacer excepciones. La respuesta ahora veo que es no, porque si se justificaran excepciones, toda publicidad querría pasar por científica, y lo peor es que muchas lo conseguirían. Y de conseguirlo sería aprovechándose de nuestras dudas.

La publicidad es publicidad, cualquiera que sea el adjetivo que pongamos detrás. Y los restos humanos se han de quedar fuera de la publicidad sí o sí, cualquier forma que ésta adopte, también por lo que respecta a la publicidad científica, si es que ésta realmente existe y no se trata de una estrategia publicitaria más.

De modo que sí, es de suponer, y de desear, que las dos calaveras de la foto del EDM fueran artificiales.

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