domingo, 21 de marzo de 2010

Ahier

Ahier caminaba solu pola calle, cumo siempre, segle, cumo casi nunca, y espenzó a embargame un juerte olor a flores. La primovel, pensé, qu´allegó. Pero no: era una jatera de mujeres que diban de boda por trás de mí, toas pintureras ellas, agoliendo a química, parlataneras, alantándome por derecha e isquierda, cumo´l vientu sur.

No hay comentarios:

Archivu del blog