Leo que en la trastienda de Amsterdam han construido un nuevo barrio chic al pie de un canal con casas al estilo tradicional: de tres plantas y estrechas. A partir de este modelo, de esta matriz tradicional, los arquitectos, uno por casa, han podido dar rienda suelta a su creatividad. Es lo que decía mi abuelo, que era trompetista: para improvisar es necesario hacerlo sobre una base.
En Santander, que yo sepa, no contamos con un estudio tipológico de viviendas de pescadores. De hecho, las pocas que han llegado hasta nosotros se están echando abajo (ya quedan pocas). Es de escándalo el inventario de solares que hay en el Cabildo de Arriba (o barrio chino: con esta denominación despectiva comenzó todo). Las viviendas son de poca altura y estrechas, como las de Amsterdam; como las de toda la Fachada Atlántica, imagino (increíble el parecido con el barrio de pescadores de Oporto, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO). Lo que no se conoce no se puede valorar, ni defender. Creo que hay motivos suficientes para pensar que nuestra ignorancia es inducida, es decir, que padecedemos un desconocimiento nada inocente.
Que el casco histórico desapareció con el incendio de los cuarenta (esta mentira ha justificado más derribos de nuestro patrimonio arquitectónico que las desapariciones provocadas por el propio incendio) marca el pistoletazo de salida. Y seguimos engañados (o dejándonos engañar) cuando aceptamos que los especuladores urbanísticos saneen "el barrio chino" (por cierto, lo mismo pasará en breve en San Martín de Bajamar).
Nos están expoliando ante nuestros ojos (vendados). Nos están hurtando la oportunidad de crecer en lo que somos, la oportunidad de complementarnos con lo que son otros, de dar a cambio de lo que tomamos. Nos están vaciando por dentro. Y más: no nos están dejando ni la carcasa de lo que somos.
¿Y qué podemos hacer? Primero, aprender. Luego, difundir y convencer. Después, hacer frente común, si llegamos a tiempo.
domingo, 30 de septiembre de 2012
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1 comentario:
Viendo la actitud más que mayoritaria, casi absoluta, de la población santanderina y de la clase política que la representa, oposición incluida, me temo que la esperanza se pierda en la noche de los tiempos.
P.S.- Enhorabuena por el blog.
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