martes, 2 de octubre de 2018

"Mosotros somos nacíos de la nochi. N´ella vivimos. Moriremos n´ella." Socollu (Nansa)



En práu Socollu (Nansa).

La fotu la he tomáu del twitter de José Ramón Blanco.

"Mosotros somos nacíos de la nochi. N´ella vivimos. Moriremos n´ella." - Benifiestu Zapatista´n Náhuatl, aquí.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

y por curiosidad, qué quiere decir eso?

Serrón dijo...

Me hace entre gracia e ilusión sentirme reconocido en mi aversión al sol: todos en la foto prefieren la sombra.

La noche en el discurso zapatista hace referencia, como sabes, a que los pueblos originarios de América han sido por siempre obviados, ninguneados, han sido siempre inexistentes, invisibles para el poder.

Anónimo dijo...

Soy de otra opinión, precisamente gracias a cosas que me contó gente que anduvo o anda allá.

Pero para no derivar a otras discusiones te acalco aquí en enlace a un vídeo que creo que puede ser interesante, quizás una especie de reliquia, de la poca documentación del estilo que pueda haber en cuestión dialectal.

Se trata de un Montañés -por la fisonomía diría con alta probabilidad de acertar de algún Lugar del Nansa- que debió marchar allá relativamente joven y que presenta una interesante mezcla dialectal del Montañés que traería de aquella consigo y el habla local de Michoacán en que habita y arraigó.

https://www.youtube.com/watch?v=Wzzf70Vx63U

A ver qué vos paez. Esto es una curiosidad comparable a un corrido o más bien romance, relativamente antiguo, también mexicano, que en cierta ocasión encontré escrito en un Montañés que se correspondía bastante con lo que hablaban para esa parte de Iguña, Los Llares, etc. Traté de buscarlo en un par de ocasiones pero no volvía a dar con ello. A lo mejor lo tengo por algún disco duro por ahí perdido.







Serrón dijo...

¡Gracias!

Si no te parece mal lo pongo como entrada aparte.

Serrón dijo...

Quieres decir que nuestro pueblo tuvo el impulso de salir para progresar y no necesariamente para escapar del hambre. Ciertamente es distinto.

Hoy, lamentablemente, nos vamos todos (yo tuve la fortuna de poder volver) por la misma razón que todos: porque no hay motivos para quedarse.

Son otras razones, intuyo, las de entonces y las de ahora, aunque puestos a buscar alivia más creer que empalmamos con un pueblo digno y orgulloso que partió a vencer que no con otro débil y humillado que salió a pedir o servir.

Los empalmes, las tradiciones son elegidas o tienen mucho de elección, y si realmente es así, mejor decidir empalmar o sentirte heredero de la tradición que alivia porque, a fin de cuentas, eso, que alivie, es una de las funciones que exigimos a la tradición para que sea tal.

En cualquier caso, mi entrada va más por el sentido de pueblo que molesta a sus propios gobernantes (queda especialmente a la vista con los pasiegos, aunque solo sea porque su territorio queda a la vista desde Santander, cuya trashumancia es completamente desatendida por los poderes porque no encaja en los moldes que vienen prefabricados de Madrid).

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