miércoles, 28 de diciembre de 2022

El motivo por el que el ilustrador Padilla fue condenado a pena de muerte por el franquismo

Entramos a tomar unas cañas y comer unas banderillas que ahora se llaman gildas, pero de estas no nos acordamos porque enseguida trabamos conversación con uno de los dueños gracias a la familia de Covadonga, que se conocen de antiguo.

Resulta que el bar Chema de Torrelavega antes de la guerra se llamaba 14 de Abril. Cerró oportunamente el año 1936. Sus actuales propietarios tenían por entonces La Bomba, en la esquina de la Plaza Roja o del Granu de la capital del Besaya. En los años cuarenta compraron lo que es hoy bar Chema pero antes de abrirlo se metieron en obras.

Pidieron a Padilla, que conocían de La Bomba, que pintara los murales por todos conocidos, aquí. Padilla venía de la cárcel. Había sido condenado a pena de muerte por haber publicado en la prensa madrileña una caricatura de Queipo de Llano como merluza. El general tenía un programa en Sevilla en el que solía estar borracho. 

Padilla salió libre al terminar la guerra pero fue deportado a Cantabria. Él era oriundo de Puente Viesgo pero se vino a Torrelavega. En ese tiempo fue que pintó los murales. El propietario lo recuerda como una persona afable que tomaba, si acaso, un par de vermús por la mañana y un par de vasos de vino por la tarde. En la casa de al lado vivía el escultor Mauro Muriedas.

Sería genial encontrar esa caricatura suya de Queipo de Llano.

1 comentario:

Serrón dijo...

Había puesto "la razón" pero he preferido corregir y poner "el motivo" porque razón no había ninguna.

Archivu del blog