En marchando los últimos bañistas, un paisanu pasaba tolas tarducas pola playa del Sardineru con un deteutor de metalis, peinando´l sable. Dispués vindía lu alcontráu en una mantuca qu´espurría nel santu suelu, al par del Chiqui.
Una vicina me cunta que mercó a esti hombre los aros la sú boda. Aros alcontráos nel arenal. Baratos, porque tinían grabáos los nombres d´otros.
Cuando ya medró la pareja, mercaron otros conos sús nombres.
La mí vicina lleva puestos los dos aros.
L´alcontráu ente´l sable siempre me quedó mejor qu´el míu, diz.
jueves, 11 de julio de 2013
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