La policía local de Santander nos dijo, muy en su línea, que qué problema había, que ellos no veían ninguno, y no vinieron.
A las 4 de la mañana estaban golpeando con una botella en una valla de metal, encima sin ritmo (no sé si por ser niños o si a esas horas ya estaban los padres solos y borrachos del todo).
Me lo recuerda el diario montañés, que dice que hay mucha inseguridad en el centro por culpa de dos mujeres, una con un ojo de cristal, no porque la policía local de Santander ni siquiera tenga con qué comunicarse, no vea nunca los problemas o sea inepta.
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