viernes, 7 de febrero de 2014

Carpinteros de ribera en Santander

En San Martín de Bajamar, Santander, había varios talleres de carpinteros de ribera a orillas de la bahía, es decir, talleres donde se hacían y reparaban embarcaciones de madera. Este tipo de embarcaciones empezaron a ser sustituidas por embarcaciones de materiales sintéticos hace aprox. 25 años. Estos talleres de San Martín fueron perdiendo clientela. Finalmente, la mayoría cerraron o, cuando no, se convirtieron en otra cosa. Pero, las vueltas que da la vida, en los últimos años se ha puesto de moda tener una barca de madera "molona" para salir a la bahía. Se pueden ver varias en Puerto Chico. Tan es así, que empieza a haber una demanda seria de carpiteros de ribera. Toda la clientela acaba yendo a un taller vizcaíno, el único que debe quedar en pie en todo el Cantábrico, no recuerdo el nombre, que se debe estar haciendo de oro. En Santander, cero. Es más, han tirado recientemente todos los antiguos talleres y en su lugar han puesto una rampla de hormigón para la regata de 2014. Increíble. Lo teníamos todo para recuperar un oficio con proyección, y lo echamos abajo.

Hoy en el periódico económico Expansión hacen un repaso a las profesiones con más futuro. Ésta es la foto que han puesto para ilustrar el estudio:


Sí, exacto, es un taller de carpintero de ribera. Mira qué bien, así ya sabemos cómo son, porque aquí, en Santander, ya no queda ninguno.

Al menos nos quedan los carpiteros de ribera que lo fueron y que todavía recuerdan el oficio. ¿Dejaremos que se mueran sin que transmitan sus conocimientos? Ya vemos que no es por romanticismo, ni por identidad, o al menos no solo, sino por superviviencia, por economía. Ahora resulta que ser carpintero de ribera es una oportunidad de futuro y aquí, a verlas venir, porque decidimos quemar todas las naves antes de lanzarnos ciegos a la conquista de una modernidad mal entendida (o mal explicada, a posta) que no es más que un negocio turbio para unos pocos (los que se ocuparon de explicarla mal) y una quimera para el resto (los que, a pesar de todo, por ingenuidad, por interés o por opresión, nos la creímos). ¿Estaremos a tiempo de corregir? ¿Corregiremos?

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