martes, 27 de febrero de 2018

Zigzagueando por La Remonta (Santander)

La Remonta antes de ser espacio público lo fue militar y antes privado. Su primer propietario conocido fue una de esas esquirlas que saltaron cuando el primer capitalismo impactó sobre la comunidad de aldea, un locuelo que construyó estanques de agua dulce y salada, etc. Y antes, probablemente, fuera un espacio microparcelado. Y antes, un espacio con muro perimetral de gestión colectiva pero aprovechamiento individual. Y antes, y antes.

Hoy es un espacio público con destino, como todo lo público, como todo lo público hoy, indefinido. Mejor decir incierto. Lo único que parece seguro es que va a convertirse en solar de viviendas. Craso error. Es necesario ir dejando islas verdes ahora que todavía queda dónde de cara a la expansión de la ciudad, que, impepinablemente, pasará por ahí. Seamos previsores.

Este espacio público ha sido recientemente "acondicionado" por el Ayuntamiento de Santander. La intervención ha sido durísima a pesar de su escasa entidad: asusta si las coordenadas son éstas. Qué será cuando desplieguen toda la parafernalia.

El Ayuntamiento de Santander ha abierto una herida en la tierra y sobre la cicatriz ha tirado una cinta de asfalto que cruza zigzagueando la finca. El visitante, que circula necesariamente por la (llamémosla) pista, se ve aislado de la finca por un zanjón. No es que la pista no esté integrada en la finca, que no lo está, es que, todavía más, la pista aísla al que circula por ella.



No sé si conscientes de su dureza, por mitigar, o porque realmente en el Ayuntamiento de Santander no confían en las posibilidades de la naturaleza, han querido añadir un extra, convirtiendo la pista en una pista deportiva: para andar en bicicleta, para practicar footing o echar carreras. Pero con instalaciones que ni siquiera buscan la complicidad con el entorno, al que hacen de menos (véanse los bancos, por ejemplo, o lo que parecen aparcamientos de bicicletas). El entorno ha sido consdierado como mera superficie y sometido para poder utilizarlo.

A lo anterior se suma un diseño técnicamente fallido. Las no sé si decir escolleras sobre las que discurre la pista (me recuerda a los pueblos del alto Aragón, cuyos paseos, que van un tanto elevados, se llaman cosos porque están construidos sobre la base de las murallas derruidas), las escolleras, decía, estancan parcelas no menores de la finca, que cuando llueve quedan anegadas.



(Estos árboles no son acuáticos).

Pero no todo va a ser malo. Asesorados por la SEO / BirdLife han dejado manchas de césped sin segar para las mariposas. Es una muy buena idea. Lástima que esta no intervención (bajo control) sea la excepción.

De todas formas, el papel de la SEO / BirdLife en este tipo de proyectos me parece que tiene mucho de "la nota discordante" necesaria para que el proyecto parezca completo. Me recuerda a la columna diaria en el EDM publicada ora por Olga Agüero ora por Jesús Herrán, entre otros. Es la estrategia que despliega la derecha para hacer de su discurso el discurso aparentemente de todos.

Pero claro, si de verdad crees que es necesario favorecer la presencia de mariposas, como yo particularmente creo (las mariposas son el mejor bioindicador), ¿qué hacer? ¿Participar en el proyecto a sabiendas de estar apuntalando un discurso que a la larga es demoledor o no participar y acortar los plazos de ese futuro demoledor? Este tema de la legitimidad y de la posición que tomas respecto a ella es un tema muy del presente. Un tema a tratar razonando, que es dudando, llegando a consensos, no afirmando. De hecho quien adopta posiciones radicales suele ser porque nunca se ha visto en otra igual o porque no es consciente de sus limitaciones o contradicciones, que todos tenemos. ¿Y entonces? ¿No será que SEO/BirdLife lo que ha hecho ha sido alcanzar con el Ayuntamiento de Santander un consenso, es decir, que lo único que ha hecho ha sido precisamente el no ser radical? Puede, pero no creo. Más me parece que esta organización ha pecado de ingenua.

Porque la derecha no busca el consenso sino la hegemonía y para ello necesita incluir como anexo la óptica contraria, siempre con marchamo marginal (que desde la izquierda muchas veces se exhibe con orgullo) y por eso mismo fácilmente marginada. Hay que buscar (o construir) otra base, no digo necesariamente de izquierdas. Digo otra base que sea entre iguales y que entre iguales se pueda discutir sobre lo que afecta a la vida de todos. Y entonces sí, buscar el consenso.

2 comentarios:

Serrón dijo...

Es esta nueva base a la que tendría que haber dedicado Podemos sus esfuerzos, no en intentar meter con calzador a la izquierda de siempre. Tengo para mí que Errejón representaba la primera opción, la que finalmente no salió adelante.

Serrón dijo...

Muy interesante:
http://pdeba.blogspot.com.es/2017/03/el-concejo-abierto-de-santander.html

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