sábado, 14 de diciembre de 2019

La Eneida y los palos pintos

En el libro X de La Eneida de Virgilio se caracteriza al soldado astur por su armas de varios colores o tornasoladas: "versicoloribus armis", se dice.

Según tradición recogida por Antón García en Memoria de Tuña (Saltadera, 2019) las mesnadas de Pelayo portaban "armes pintes".

Las dos citas anteriores me traen a la memoria los palos pintos cántabros tallados con detalle preciosista, empleados frecuentemente como arma, aquí.

¿Que concluir de todo lo anterior?

Personalmente creo que el programa decorativo de los palos pintos es prerromano + que éste es compartido por otros muchos elementos sometidos a distintos niveles de codificación (poco las colodras, mucho las abarcas) + que los palos pintos son todavía hoy armas + que los palos pintos podrían formar parte de la panoplia antigua + y que otras armas que no han llegado hasta nosotros podrían compartir programa decorativo con los palos pintos.

Pero cuidado porque puede que me esté dejando llevar por una definición incorrecta de pintu. Yo creo que es la talla pero puede que sea otra cosa asociada a la talla, no necesariamente la talla misma. Las vacas pintas son las frisonas, de dos colores, blancas y negras (pintanegras) o blancas y marrones (pintarrojas, muy apreciadas). Puede que éste no sea un significado secundario, derivado del original, sino el correcto. En Carmona Apa hace unos palos pintos que quitan el hipo, preciosos. Y no es que sean de dos colores, es que son en positivo y en negativo. Son de verdad impresionantes. No tengo fotos. Puede que esta dualidad sea la que haga que los palos sean palos pintos y no la talla, que sería no el elemento clave del palu sino un adorno.

También hay que considerar la posibilidad de que pintu sea el palu sometido a algún tipo de tratamiento, por ejemplo la inmersión total o parcial en alguna poza de agua o limo que aporte algún tipo de cualidad, como mayor dureza, se me ocurre, y que este tratamiento implique cambio de color. Algo parecido a lo que se hace con las abarcas (cuyo tratamiento, muy delicado, nadie ha descrito correctamente, no seguro Fernando Gomarín). De hecho esas franjas negras que a veces vemos en los porros de pastor son reminiscencia de inmersiones parciales. Cuando la franja no es recta, perpendicular al palu, sino oblicua, es porque antiguamente se podía meter el palu en la poza un poco tumbado para que no se viera a lo lejos, bien para que no lo robaran o bien, sobre todo, para que no se supiera dónde estaba la poza, pues no todas valían. De nuevo Apa sabe de estos temas. Hay un libro de un antiguo alcalde campurriano publicado por Ramón Villegas que da cuenta de algunas de estas pozas utilizadas por sus vecinos. Esta información es muy interesante y apenas es conocida.

¿Entonces? Entonces todo depende del significado que tenga pintu. Si es la talla, como he dado por supuesto al principio, las armas pintas de los cántabros y astures podrían ser armas con tallas geométricas como las de los actuales palos pintos, resueltas conforme a la naturaleza del arma, si de metal, madera o cuero, adaptada a cada una, siendo los palos pintos parte de la panoplia del guerrero. Pero si pintu es con pintas o con alternancia de colores en un mismo elemento o presente el blanco en un elemento y el negro en otro, ambos complementarios de alguna manera que desconozco, entonces ya no sé a qué armas pintas podrían estar haciendo referencia las fuentes. Tampoco caso de tratarse de armas sometidas a algún tipo de tratamiento que les conferiría un color o una tonalidad característicos. ¿Las "versicoloribus armis" de La Eneida y las "armes pintes" de Pelayo no serían palos pintos, sin más? No sé.

Y he aquí un nuevo ejemplo del valor de nuestro patrimonio lingüístico como interfaz no solo con el territorio, sino con la historia. Y de la necesidad de estudiarlo.

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