miércoles, 3 de junio de 2020

Lechuga camarguesa



Encontramos el otro día estas lechugas en una carnicería de Floranes. Pasamos de largo, íbamos con prisa, pero de vuelta a casa compramos dos, para probar. Estaban desacostumbradamente sucias, lo cual evidenciaba que eran de huerta porque de no serlo, de haber sido cultivadas en invernadero, estarían relucientes.

Tras desechar las primeras hojas, correosas y demasiado sucias como para aprovecharlas, nos quedamos asombrados por la tersura de las hojas de dentro y también por su forma: no estaban retorcidas haciendo un cogollo prieto, eran onduladas y estaban posadas unas en otras, sin compactarse.

No sé si se trata de una variedad autóctona o no. Quizá no sean más que lechugas de huerta, lo cual no es poco, y lo que ocurra es que no nos acordamos de ellas. Pero autóctona o no, la ensalada que comimos estaba riquísima.

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