viernes, 15 de diciembre de 2023

El embudo, la espina y la pared, el abismo

Reconozco un patrón en los chozos de pastor más antiguos cabuérnigos, desde Ucieda hasta Palombera: están en el embudo que da paso a la espina que recorre la cresta de un pernal o toral que no toma tierra, que no llega hasta el fondo de valle, que queda, digamos, suspendido en el aire.

El perímetro del pastizal (de origen natural pero mantenido por milenios de prácticas ganaderas extensivas) está recorrido por paredes de una sola hilada de rocas, al menos en sus puntos más comprometidos, más peligrosos para el ganado.

Este es el origen de los cerramientos en un contexto en el que prima la propiedad comunal (que no es que no la haya, es que es otro tipo de propiedad distinta a la individual), no la delimitación de la propiedad, no el marcaje del territorio, sino la protección efectiva frente al abismo.

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