Que el secretario de estado de cultura, el santanderino Lassalle, diga en su última entrevista publicada por EDM que "la adquisición" (sic) del archivo Lafuente y su traslado a la antigua sede del banco de España en detrimento del MUPAC va a ser lo mejor que le va a pasar a Cantabria en el ámbito cultural desde el 77 a escasos cinco años vista de la declaración de nueve cuevas cántabras Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO es cuando menos obsceno.
También dice que en los próximos días va a cenar con el director del Reina Sofía y el empresario Lafuente y que lo que se decida en esa cena va a ser clave para el futuro de la política cultural de Santander y Cantabria. Ah, vale, gracias por avisarnos. Ya nos diréis qué tal todo, si sí o si no.
Asusta sus referencias constantes a una pretendida "crisis de valores". ¿De qué valores está hablando este señor? Estoy de acuerdo en la utilidad de fijar un horizonte ideacional (la ilustración o el humanismo, siendo optimistas; los valores del catolicismo pensando un poco peor) que sirva como marco que desbordar en la buena dirección, incluso podría justificar que quien sea acabe creyéndose la objetividad de su horizonte de referencia en un alarde de ingenuidad, pero no me gusta que se emplee para arremeter contra el otro.
¿Crisis de valores? ¿No será que este señor y sus colegas tienen miedo a perder la poltrona y lo que pasa es que están haciendo lo posible por acabar con la pregnancia social (la posibilidad de ascenso, de pérdida también) que trajo consigo la democracia? Y eso sin salir del ámbito del bipartidismo dominante que no cuestiona la estratificación social. Si en España hubiera un movimiento libertario potente Lassalle & Co. tendrían que preocuparse no solo por los que quieren subir, manchando con sus sucias manos una escalera que nadie debió poner a disposición de cualquiera que se esfuerce (modo irónico on), sino también por aquéllos que persiguen el fin de las jerarquías.
Este señor ha reconstruido un itinerario del poder (que no ha transitado nadie porque la historia es siempre una reconstrucción que no ha existido nunca tal cual la reconstruimos) que siente suyo. Pero para transitarlo, una vez reconstruido, tendrá que construirlo, porque ni ha existido ni existe. Su itinerario no está primero que los otros. Su itinerario es tan legítimo como cualquier otro.
O menos.
Hay que evitar a toda costa que el discurso de este señor se convierta en horizonte para alguien más que para él mismo, con independencia de la consideración que este señor nos merezca al hacer pasar por realidad una reconstrucción que le beneficia a él y a cuatro más, todos amigos. ¿Por qué hay que evitarlo? Porque es perjudicial para el progreso del conjunto de la sociedad, que es razón suficiente. Y basta.
lunes, 14 de septiembre de 2015
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2 comentarios:
No entiendo que tengan tanto poder si son cuatro amigos los que se benefician. Tampoco veo que en Cantabria estén en contra. No oigo a ningún político ni de izquierdas ni de derechas decir que no quiere la colección de Lafuente, pero tampoco a opinadores y gente de la cultuyra excepto usted. O sea que me parece que en Cantabria mucha gente está de acuerdo con Lasalle o por lo menos callan y otorgan.
"Cuatro amigos", "& Co", etc. son expresiones que remiten a lo que otros llaman "la casta" o "el gobierno de los menos". No son tan pocos, lamentablemente. Ojalá solo fueran cuatro.
Yo sí quiero a la colección de Lafuente, no se confundan mis palabras. Pero no a costa de cualquier cosa. Tengo a Lafuente por buena persona y creo que su motivación primera era positiva. No puedo decir lo mismo de su entorno ni de los derroteros que va tomando su proyecto.
Respecto a que no hay nadie que vea la pata del lobo por debajo de la puerta, falso. Quizá no tengan hueco en EDM, pero hay muchas voces contrarias y no todas tan contenidas como la mía.
Por cierto, tengo que decir que las preguntas de Balbona eran buenas y cargadas de intención. Lo malo es que el personaje entrevistado es un profesional echando balones fuera: lo bueno (según él) es cosa suya y lo malo siempre del que está al lado. Tiene que ser difícil trabajar con él.
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