viernes, 9 de junio de 2017

Pueblos altos y bajos

Tradicionalmente, según la tradición académica, digo, los pueblos altos de Cantabria se solían considerar resultado de la presión demográfica sufrida en los pueblos de los fondos de valle.

Lo anterior presupone que los fondos de valle son más atractivos y más antiguos que los pueblos altos.

Más adelante, en torno a finales de los años ochenta, comenzó a circular la idea de que, en Cantabria, los pueblos altos pudieran ser asentamientos de primera generación: cuando las "tribus" prerromanas, que se movían a escala de valle, se asentaron, prefirieron hacerlo cerca de los pastos y no tanto en los fondos de valle, óptimos para una agricultura que todavía ellos no priorizaban.

Empezó a circular tal idea, decía, pero me parece que no llegó a cuajar del todo y no porque le faltara razón, sino porque es un tema que dejó de interesar.

Y así estamos, a dos aguas.

Que no siempre tiene que ser malo porque la tierra de nadie está abonada para lo imprevisible.

Estaba pensando el otro día en Lamiña de Cabuérniga, típico pueblo alto, no porque lo sea mucho, sino porque a un paso, en la vertical, tiene el fondo de valle, que parece despreciar. Estaba pensando en este pueblo, decía, y en su topografía, esas laderas tan escarpadas que tiene, en el topónimo (aquí)..., y me dio por pensar si no podría tratarse de una antigua mina, quizá romana.

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