viernes, 14 de agosto de 2020

Fragmento de "El día que murió Marilyn" de Terenci Moix

"Así empecé a reencontrar aquella lengua nuestra, que no sé si es catalán castellanizado o castellano catalanizado o simple barcelonés sin un mal gramático que lo ampare; algarabía de mi ciudad traidora, acento risible que durante los años cincuenta habíamos querido cambiar por un casteiano que se pretendía más fino."

De la novela El día que murió Marilyn de Terenci Moix, primer capítulo.

Recuerda mi madre que Olga, la vecina de enfrente en la casa de los maestros, al presentarse le preguntó si era asturiana, por el hablar, y que mi madre, que es cabuérniga, se sintió decepcionada consigo misma porque sabía, porque así se lo habían hecho aprender (las monjas del colegio, la guardia civil del cuartel vecino, la familia política, las amistades de la ciudad, etc.), que lo primero y más importante era que no se le notase.

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