miércoles, 27 de diciembre de 2017

Plaza de Augusto González de Linares

He leído u oído hace poco que han retirado la estatua de Augusto González de Linares del rincón del Sardinero donde la tenían puesta porque se estaba estropeando. Los vándalos le habían quitado la corona metálica de laurel, etc.

Cuando se reponga sugiero recolocarla en su emplazamiento de origen:



Así se daría, además, cumplida cuenta de la Ley de Memoria Histórica, que obliga a eliminar, o al menos debería hacerlo, el nombre de Plaza de Italia, que, por mucho que se quiera maquillar, todos sabemos de dónde procede: del ejército fascista italiano (para sorpresa de todo aquél al que, venido de fuera, se le informa).

Al biólogo cabuérnigo le pintaron las fuerzas vivas del valle poco menos que como al embajador del mal en la tierra: ateo, darwinista (de primera generación, además), institucionista, etc, imaginaos. Lo cuenta Manuel Llano aquí, José Manuel Cuesta en alguna de sus trovas, etc. A Raquel y a mí nos contó una anciana de Lamiña que cuando era niña venía un señor con sombrero y levitón que daba mucho miedo a rebuscar piedras de colores en la Canal Corneja que nosotros creemos que podría tratarse de Augusto González de Linares, aquí. El franquismo alentó la marginación de esta figura de primer orden de la ciencia española. Hora es de restituir su honor.

Se debe reponer el conjunto escultórico dedicado a Augusto González de Linares en su plaza, la plaza que debe llevar su nombre, enfrente del Casino del Sardinero.

Hay copia de época del busto del biólogo cabuérnigo a la entrada del Instituto Oceanográfico de Santander y en la casa del Dr. Madrazo, de quien era amigo, en Vega de Pas. Otro busto, éste actual, en Sopeña de Cabuérniga, que retiraron para poner en Valle, su pueblo natal (y cuna de la Institución Libre de Enseñanza).

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