miércoles, 13 de noviembre de 2019

El Escudo y los aerogeneradores

La transición a la energía verde es, además de inevitable, deseable. Ahí no está el debate. El debate está en cómo se va a ejecutar dicha transición.

Si creemos que el mundo en que vivimos es el mejor posible y que nada tiene que ver la desigualdad con la emergencia climática, bien, entonces que pongan los molinos eólicos donde les plazca y que compren la voluntad de los afectados. Que sea tanto lo que demos de comer a las grandes empresas que las migajas que caigan de su mesa satisfagan las necesidades que nos han enseñado previamente a tener. Que siga petando el planeta, de otra manera, pero que siga petando.

Por el contrario, si creemos que esta transición es una oportunidad para hacer las cosas mejor, entonces empecemos haciendo las cosas mejor. Los molinos eólicos no se pueden poner donde se quiera, sino donde se pueda. Y decir "donde se pueda" significa contemplar un amplio abanico de realidades, siendo la principal, a mi modo de ver, la diversidad, pues es ésta precisamente la que da carta de naturaleza a todas las demás: si una opción cancela al resto, si entierra a las demás, no es una buena opción.

El Escudo, sistema montañoso donde se ha anunciado la construcción de un parque eólico tremebundo, fue escenario de las Guerras Cántabras. Esto significa que no se puede plantar un molino en mitad del castro que está en la vertical de Silió, por ejemplo. Pero es que estamos hablando de un territorio, de un sistema, no de un punto u otro aislados. Así, al lado de este castro se emplaza un campamento romano y a la vista hay tantos castros como cumbres y probablemente igual número de campamentos romanos. No se puede obviar esta realidad. No se puede cercenar. Y si empiezan a chantajear con que si somos pobres, que si ésta es una oportunidad para hacer dinero, etc., malo: engaño.

Y como no me fío, creo que se debiera empezar a plantear la aplicación de figuras de protección que trasciendan los elementos concretos, que éstos queden cubiertos, sí, pero dentro de sistemas abarcadores, también con proyección territorial, caso de las Guerras Cántabras, que a todas luces parece necesario contemplar desde una perspectiva amplia. Hay que aplicar figuras de protección redimensionadas al alza y si no las hay, crearlas porque es lógico que las haya, además de necesario. Porque si no lo hacemos así lo van a despiezar todo y entonces sí que olvidaos: imperará eso, el olvido.

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