lunes, 25 de marzo de 2013

Corra 2

La señora pasiega que nos encontramos este fin de semana en Corra, barrio que se asoma a Esles, hablaba raro.

No sé si era pasiego.

Por ejemplo, decía viñeru en lugar de viñedo, pero no sé si porque ella lo decía así o si porque pensaba que nosotros lo decíamos así.

Me interesa el hecho de que ella fuera consciente de hablar distinto y de que intentara arrimarse a nuestra forma de hablar, me interesa más que las propias perlas que nos pudiera soltar.

También me interesa que recurriera al castellano para comunicarse con nosotros. Dejó claro que su estándar, pese a lo que hable en el día a día, es el castellano. No tiene otro a mano.

De lo anterior se desprende que el cántabro no existe, pero que (como estándar) es necesario.

El señor pasiego nos habló en un dialecto más próximo a mis expectativas: "lus butris" por los buitres, "Pepi" por Pepe, etc. Le hice una broma sobre los purriegos recurriendo a la tonada "de Polaciones no fíes". La entendió. Nos reímos. Ni nuestro amigo librero ni Raquel la entendieron. Se quedaron, por una vez, del otro lado. La comunicación siguió, de manera puntual, una vía ajena al castellano. Un nuevo estándar es posible.

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