viernes, 24 de febrero de 2017

Casa adosada (antigua escuela) en iglesia de Santa Cecilia en Tarrueza y los porqués



Acceso desde el pórtico:



Los vecinos nos dijeron que era la antigua escuela. En Viaña (Cabuérniga) la escuela estaba en el campanario. En Carmona también en la iglesia. En tantas otras localidades.

Para solución arquitectónica similar, aquí.

Cruz empotrada:



Nada de lo que vemos es lo que fue, si es que fue algo: todo cambia, o desaparece.

Pasa con las casas montañesas: los paisanos las ven (las vemos) en constante evolución, no creemos que exista la casa canónica en términos académicos (cuyo modelo fijó el neomontañesismo -culto por definición, entendiendo culto en oposición ideológica a lo popular, polarización interesada que cuajó gracias al control, culto por supuesto, de los medios de producción ideológica de masas). No hay meta ni destino.

Tampoco hay orígenes.

Dentro de la iglesia de Lebeña, prerrománico, que es lo más antiguo que alcanzamos a reconocer de entre aquéllo que apela a nuestra intimidad, a nuestras creencias, estoy seguro que hay algo anterior, lo mismo que en la iglesia románica de Piasca, vencida por el manantial que nace en sus cimientos.

"Todo es combinación", nos decía el otro día Raúl, en Piasca.

"No hay orígenes, sólo porqués", me dijo una vez, hace tiempo, Raquel (y utilicé en el blog).

Los orígenes se construyen desde el presente (entainar es cuando se emprende una tarea de la que se espera obtener beneficio) de acuerdo con coordenadas actuales. Así la casa gótica, la casa llana. Es el origen porque es lo último que sabemos reconocer. Vale a los cultos que buscan sus orígenes en las arquivoltas. A los que buscan sus orígenes en los manuales estilísticos. A los que necesitan creer en sus orígenes.

"Los seres humanos somos pasones", nos decía también el otro día Raúl.

Somos seres migratorios.

Somos combinación.

Sin origen ni destino.

Que nos hacemos preguntas. Y nuestras preguntas son nuestros intereses: demostrar la nobleza que justifica ideológicamente la riqueza, ellos.

Mesa en el pórtico, quizá antigua concejil:



Para decidir.

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