martes, 25 de septiembre de 2018

Alto y bajo

Fue mi tía Geniuca, Geñu para los de casa, que cogió una hierba, se la puso entra las dos manos haciendo hueco, como cuando tienes frío y te calientas con el vaho de la boca, y sopló haciéndola vibrar.

El sonido que salió de la hierba, de las manos, de la boca fue un jisquíu.

Me impresionó, porque el jisquíu las pocas veces que lo he oído ha sido como grito. Oírlo por lo bajo me impresionó, sí.

Por cierto, está por estudiar por qué la reproducción del relincho de un caballo, que eso es el jisquíu, presente en toda la Cornisa Cantábrica, en cada territorio con su nombre (jisquíu viene del latín HISCERE, "cantar"), tiene la capacidad de representar al individuo y a la comunidad en sus distintas escalas (el pueblo, el valle) de acuerdo con la situación o contexto. No sólo el jisquíu en sí, digo, su codificación, sino también por qué el relincho de un caballo. ¿Tendrá algo que ver con antiguas élites ecuestres, con algún tipo de carga simbólica asociada a este animal (recordemos que la vida de un hombre equivale a la de tres caballos, según el refrán) o con qué?

De pequeño vivía en la casa de los maestros. Teníamos jardín con pinos, rosales y una planta que hace seto que no sé cómo se llama pero que es muy frecuente encontrarla en los jardines. El ruidito que hace la hoja al romperse es mi primera acepción, por temprana, del verbo triscar.



Es un ruido que conocí bajito y luego se hizo grande, a diferencia del jisquíu, que recibí alto y luego se ha hecho bajito.

La foto es del domingo en El Alta.

7 comentarios:

Serrón dijo...

Anoche me he acordado que siendo pequeño dije jisquíu y un amigo cabuérnigo me corrigió y me dijo que era jisquío, terminado en /-o/, lo cual me despierta primero la idea de pérdida de la lengua pero luego me remite a un posible resto de neutro de materia al estilo asturiano, es decir, terminado en /-o/, tal y como Penny recogió en Tudanca, y no en /-u/, que es como solemos terminar en la actualidad.

Anónimo dijo...

Creo recordar que la mayoría de los casos q encontró penny en tudanca eran con - u, salvo unos pocos con - o

Anónimo dijo...



Nel libru "El dialecto cabuérnigo" de Francisco García González, recuegi jisquíu con U.

Anónimo dijo...

Ruego que no se tenga en cuenta esta elucubración.

A día de hoy creo que sea imposible deslindar los finales en -o que reporta Penny entre los tudancos en algunos casos de materia, entre si se trata de "autocorrecciones" del hablante o restos de la existencia ese caso diferenciado, como también sucede en lugares de Asturias, etc.

Yo lo que sí puedo poner como ejemplo es que el tudanco, al contrario que el cabuérnigo por ejemplo, no dice "cementu" sino "cemento", nunca. También se le escucha decir "plástico" para el material. No se oye "romeru" sino "romero", lo mismo con "mortero", ahora no se me ocurren más.

Así que me invento una hipótesis -que insisto no sea tomada en cuenta sino como una mera elucubración- que consiste en que la -o podría ser utilizada para categorizar la materia sin cuantificar o medir, mientras que a esa materia cuantificada se le aplicaría la -u, algo así como sucede con el pan y un pan. Pongo ejemplos de pares:

-jierro (el material), un jierru o yerru.
-vino (la bebida), un vinu (una cantidad concreta, "una midía").
-plástico (el material), un plásticu (una pieza de plástico).
- etc

Como en su día no le presté la debida antención ahora tendré que quedarme con la duda, pues aquella gente de cuya escucha podía uno discernir estas cosas... pues ya no está. En los últimos años se ha producido un barrido tal que ya a cualquiera le escuchas cualquier cosa.




Serrón dijo...

Hay una editorial que está publicando unos libritos muy buenos sobre Pío Baroja. El último se titula "Órdago / Hor dago" y es de Bernardo Atxaga y otro autor que ahora no recuerdo. El texto de Atxaga diferencia entre la visión del País Vasco de Baroja y la de Teófilo Gautier. Este segundo fue a País Vasco a ver la España romántica y la encontró: los tejados de los caseríos le pareceían de morería, a las mujeres vascas solo les faltaba la peineta, etc. Se mira no con los ojos sino con el cerebro, viene a decir.

A veces estamos delante de cosas que por no saber que existen ni siquiera reparamos en ellas.

El libro que comento, por cierto, lo cito en un comentario reciente que he puesto a una contribución tuya (creo que eres la misma persona) sobre el "elléu". Haz uso del buscador, si quieres. Y si te interesa el libro y no tienes acceso a él te lo puedo escanear y enviar, si quieres (a Raúl Molleda se lo acabo de enviar fotocopiado, pero creo que él todavía no lo sabe).

Gracias por tu valiosa aportación. Es muy pero que muy estimable.

Anónimo dijo...

Sí, sí, el "elleu" en TA lo puedo confirmar. Es una forma como de mucho respeto, yo la conozco empleado con gente mayor.

Generalemente, en cada casa "él" y "ella" se emplea para referirse a los padres, cabeza de familia, en tercera persona, por los hijos.

Pero el caso extremo era el que digo, en primera persona, de modo similar al "usté" que también se dice, pero es como más cuidadoso. La generación de nuestros padres trataban siempre de "usté" a los padres. El tuteo ese ha sido cosa más reciente, paralelo a la pérdida de respeto que generalmente se ha extendido por todos lados.

Anónimo dijo...

Tras releer el comentario anterior creo que puede dar lugar a malentendidos para quien no le resulte familiar esa forma de expresión (yo antes creía que era algo extendido pero veo que no). Así que trato de esquematizar volviendo a X años atrás:

- Los hijos trataban a los padres de "usted", "padre" y "madre", no de "tú", "papa/papá" y "mama/mamá". Esto creo que estaba extendido en todo el ámbito hispánico.

- Los hijos, cuando hablaban entre sí, además de las mencionadas formas, utilizaban "él" y "ella" para referirse a los cabezas de familia. Con ese uso, no cabía duda de quién hablaban. Si había que referirse a cualquier otra persona se tiraba de fórmulas como "esi" o "esa" (aunque hoy pueda parecer feo).

- Por último, también existía la fórmula "él" o "ella", que se empleaba al igual que se empleaba el "usté", aunque yo creo que tiene un matiz como de aún más respeto, suavidad o no sé cómo decir.

Espero haberme explicado mejor. Que lo mismo es erróneo, yo me limito a comunicar mi impresión.

Hasta aquí impresiones y expresiones de la tradición oral.

Ahora meto opinión. Estas formas de expresión están ligadas a jerarquías sociales hoy demolidas. En la sociedad actual han perdido su sentido. Imagino que los del cántabru trataríais de darle una vuelta acomodaticia, no lo sé, más bien creo que no os encajará.

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