miércoles, 5 de septiembre de 2018

Clave en Cartes, duelas lebaniegas, guerrilleros santanderinos, portales laredanos, pizarra cabuérniga, gestión tradicional del agua, la piedra gorda, árbol abierto en canal, las plantaciones de eucaliptos y la lluvia, y asiento de pastor

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En Cartes hay una inscripción en la clave de un arco de casa gótica que los vecinos nos dijeron que nadie había logrado descifrar:



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Hay un libro del s. XIX o principios del XX digitalizado por la Biblioteca Nacional que describe las talas de robles lebaniegos para la producción de duelas.

La madera que ahora se utiliza es la de roble americano o francés. Los que saben de vinos dicen que exclusivamente. Bueno, no sabrán tanto. En Galicia, por ejemplo, están recuperando el uso de madera local, lo cual cotiza al alza. Es valor añadido. No digo que en Liébana nos liemos ahora a talar árboles, ni mucho menos, pero quizá sí convendría explorar esta antigua producción y si fuera posible localizar alguna de estas duelas para pensar, con algo sólido en la mano, qué hacer, cómo aprovecharlo.

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Corregidme si me equivoco, pero este bar (C/ Cisneros) junto con el Picos de Europa (C/ Vargas) los tengo cargados en la cabeza como lugares de reunión habituales de la guerrilla antifranquista en Cantabria.

Esta casa, además, es una joya del patrimonio arquitectónico santanderino, por mucho que no sea un palacio barroco o similar, y no solo por lo que acabo de comentar de los guerrilleros (son necesarios anclajes físicos e interpretados para "hacer" memoria), sino también por razones puramente arquitectónicas (no elitistas).

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Cuatro portales laredanos, dos y dos:



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Por si a algún geólogo le pudiera interesar, en el monte que está en la vertical de Sopeña de Cabuérniga, donde La Canalona (no tiene pérdida, no, al menos, si se pregunta a los paisanos), afloran rocas (yo he visto dos, tampoco voy a exagerar, una de las cuales es la de las fotos) que creo no son de caliza sino tal vez de pizarra:



Si alguien estuviera interesado tengo el cacho de la última foto en el despacho junto con un canto rojo característico del lecho del Cureñas.

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Gestión del agua en Lamiña:




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Había ido vestido para el monte como los de aquí, es decir, sin pretensiones. Sabía que no iba a acabar en el Himalaya por despiste. Pero como la vuelta estaba siendo mucha decidí preguntar a un paisano que estaba guardando las vacas si me había equivocado de camino, y efectivamente: "tienes que coger aquél que asoma por allí" -y añadió ante mi cara de estupefacción, porque la línea que trazaba su mano atravesaba el monte, que tirara contra aquella piedra gorda.

Fue dar el primer paso y meterme en un escajal como quien lo hace en la playa de Liencres con la mar picada, que tiene un escalón.

Ve por lo arroyáu, el paisano desde arriba. Pero qué, metido hasta la cintura. ¿Habrá cabarras?, acerté a preguntar. No le ví reir porque ando mal de la vista y además le había dejado a la espalda, pero sí que le oí.



La piedra gorda, en Lamiña.

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También en Lamiña.

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Las plantaciones de eucaliptos, tan altisonantes, siempre me pareció que llamaban a la lluvia.

En esta plantación, y no en otras fincas, las estacas están rematadas por botes para que el agua no las pudra.

O quizá sea la corteza, que se pela y deja la albura de los eucaliptos, prietos, por fuera, o las copas, que permiten el paso de la luz de otra manera.

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Asiento de pastor:



En una finca situada entre el invernal de Chuchín y la fuente Rulín.

1 comentario:

Serrón dijo...

Para la inscripción de Cartes, dos propuestas:
http://arteconhistoriacantabria.blogspot.com/2019/01/piedras-que-hablan.html

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