"[Y] el padre guió la carreta por lo que se llamaba carretera de La Galea, que no era más que una vía más ancha que un sendero y menos que una carretera secundaria, limitada a un lado y otro por la abundante argoma (sic) erizada de pequeños pinchos, y eso era precisa y únicamente lo que hacía posible distinguir que allí existía algo parecido a una carretera: la falta de esa argoma, pisada, aplastada, hundida en la delgada capa de tierra que cubría la peña de la explanada por el rodar de las carretas que cargaban los pinos abatidos en los inacabables pinares que se extendían desde La Galea a lo largo de toda la costa (...)".
De Las ciegas hormigas (Destino, 1961) de Ramiro Pinilla, p.76.
No hay comentarios:
Publicar un comentario