viernes, 8 de abril de 2022

El paréntesis

De ida.

Entran en Barreda y se sientan detrás sin que logre verlos, es a primera hora. Su conversación es íntima pero no creo que sean pareja, tal vez familia. Él está a punto de ingresar en la cárcel. No entra en detalles que ella ya debe conocer. Suena un teléfono, melodía conocida. El de ella. Lo coge y tras un breve intercambio de palabras cariñosas, dice: ¿Sabes lo que se me ha olvidado? (pausa) Darte un beso.

Venía el lobo a derecho, no me había visto. Cuando lo hizo paró, me observó y dio la vuelta pegando pequeños saltos, contento. 

Me recordó a los cuervos jugando en las corrientes de aire.

Atardecía, todo nevado y yo temblando.

Alcanza el lobo la cima y desaparece su silueta en el cielo oscuro.

De vuelta.

Se sienta detrás, no le veo. Es de noche. Le suena el teléfono y sin darle respiro lo coge. Intercambia breves palabras aceradas con alguien que debe ser su pareja. Le recrimina algo que acaba de ocurrir. Luego que le deje por teléfono (silencio) y cuelga. Se baja en la siguiente.

No hay comentarios:

Archivu del blog