Nos habíamos quedado hablando a la altura del prado conocido como La Peñona, en el camino que conduce del pueblo de Barcenillas a las cascadas de Úrsula de Lamiña, subiendo a la izquierda, cuyo nombre se debe a una peña que cuenta la leyenda arrojaron los frailes de San Frutosu a los moros y ahí quedó, con un buen puñado de monedas de oro debajo, y al día siguiente quiso la suerte que nos volviéramos a encontrar en El Puente de Piedra, donde le pregunté por una cueva de Barcenillas, que si la conocía: "Cueva Lindera, será", me respondió, y aprovechando que pasaba otro vecino (sordo) le preguntó (a voz en grito) por "Cua Lindera", topónimo que más tarde confirmé: "Cua Lindera", que creo puede ser considerado su nombre legítimo.
Es la cueva o quizá mejor decir el abrigo rocoso de las fotos.
Me aseguró el mismo vecino que había sido utilizada durante la guerra, para esconderse en ella el pueblo. Pero no me dijo nada de los restos que en ella se hallan y que tanto me recuerdan a los que hay en otra cueva, en este caso de Sopeña, también a orillas de un río, como esta, que en su día relacioné con restos de juegos de mi propio abuelo, aquí.
2 comentarios:
Cua, con acento en la a.
Un vecino de Saja nos dijo el otro día que este tipo de construcciones a él le habían dicho los ancianos de su tiempo que eran para los chones.
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