lunes, 8 de abril de 2019

La menos uno

Es un chico majo este radiólogo. Antes se turnaba con otro igual de majo, majo y serio, como él, para comunicar a los pacientes qué. Pero ahora se ha quedado solo. Esta tarde le he visto en el pasillo, donde dobla la esquina. Estaba dando explicaciones a una familia que le tenía como la marea cuando te atrapa en una cala. Estaban expectantes, ellos. Se les notaba en la pose, en el gesto a aquéllos a los que se les alcanzaba a ver la cara. A él, de frente, nunca hay que dar la espalda a las embestidas de las olas, le estaban fallando las fuerzas. Lo vi y yo seguí.

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