sábado, 14 de marzo de 2020

¡Casa!

Mi tía emigró a Francia, primero París y luego Toulouse o no sé si al revés, a servir. Al morir Franco marchó a Madrid donde vivió hasta que se despidió del parvulario en el que trabajaba y de su círculo de amistades para cuidar de mi abuela en Santander, donde también tiene casa, además de en Madrid, y en Cabuérniga igual, la casa familiar, donde falleció mi abuela. La última vez, y no sé si estoy suplantando mi memoria por alguna foto, estaba en el portal con un gorro azul de tela porque no le gustaba que le diera el sol, mi abuela, no lo decía porque no podía pero lo sabíamos. La higuera de la huerta frondosa, metiéndose las ramas por entre los tornos del balcón y el manzano velando, aquí. Al fallecer todo el pueblo estuvo con nosotros el día entero con su noche, mi madre y mis tías preparando comida que nadie probó, apenas mistela con galletas. Vecinos y familiares llevaron el féretro a hombros desde la iglesia al cementerio.

Mi tía no sabe dónde está su casa.

Yo viví en la suya de Madrid. Es una cooperativa, árboles altos y mirlos, miruellos cuando sentía que se dirigían a mí y saludaba, cada vez lo hacía menos, malo, la tierra de los parques se iba poniendo dura: cuando empezó a irme bien me vine. En Santander he vivido en seis casas. La alcaldesa decía que los vecinos de un barrio no estaban legitimados para protestar sobre lo que pasaba en otro, era la época de la vecinitis que ella decía, por ejemplo aquí, y yo me preguntaba si acaso tenía barrio, yo. Soy hijo de maestro. Yo soy de Colindres, donde viví mi infancia. De Cabuérniga, tengo sangre del valle y también sus recuerdos. Llegué a sentirme madrileño. También soy santanderino. Y de Lisboa casi no regreso. Lo decidí un día de mucho calor, ya se habían ido todos los míos, cogí un taxi a la estación y el tren ese mismo día. De haberme quedado, ¿de dónde sería?

Me llevo muy bien con mi tía. Nos parecemos.

Quien sea de Santander pero viva en Madrid, ¿cuál es su casa? ¿Cuál la de quien sea de Argoños pero viva en Santander? Quien sea de Torrelavega pero viva en Solares, en Santander pero de Iguña, en Sarón pero de Santander, ¿dónde está su casa?

¿Lo puedo decidir yo por él? ¿Siquiera sabe él mismo dónde está? Y si creyera saberlo, ¿quién soy yo para contradecirle? ¿Y tú?

Quédense en sus casas, nos conminan las autoridades sanitarias. Y efectivamente, la gente hace caso y se va a sus casas. ¿Quién soy yo, quién es nadie para decidir cuál es la casa que uno quiere que sea la suya?

Seguridad, confortabilidad, cercanía, oportunidad, sentimentalismo...

No podemos echar la culpa del coronavirus en Comillas o Suances a los papardos. La culpa la tiene el virus, nadie más. Que se de cancha a términos potencialmente xenófobos como papardu es lo que tiene, que queda demasiado a mano y es fácil recurrir a él cuando la situación se complica. Son ganzúas. Abren sin que nos demos cuenta lo peor que llevamos dentro. Es un término peligroso, lo mismo que otros, como el cabuérnigo gajucu, que si no lo redefinimos nosotros que podemos (y debemos) tendremos que acabar retirándolo de circulación.

Bienvenidos los que sean de aquí y vuelvan, bienvenidos los que sean de fuera y vengan, cualquiera que sea la que ellos consideren su casa.

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