domingo, 31 de mayo de 2020

Hay muchos recursos en internet donde se explican las distintas formas de tomar el té en el mundo, identificadas quizá un tanto pretenciosamente como ritos, por ejemplo aquí.

En Cantabria aunque lo creamos no sé si lo que tomamos es propiamente té, aquí (punto 6).

En cualquier caso, seguimos unas pautas comunes que si bien no creo que den tanto de sí como para constituir un rito (tampoco otras occidentales) sí que entran dentro de lo que podría considerarse una cultura del té cántabra: el agua la hervimos aparte, la hierba la echamos después, dejamos que el agua se tiña, no la colamos, lo solemos tomar después de comer para ayudar a hacer la digestión, etc.

Habría que tratar de sistematizar y explicitar (que es una forma de decir empaquetar, con los riesgos que conlleva) esta parte de nuestra cultura que también está en peligro de extinción.



La foto es del té que me suelo tomar a media tarde si no tomo café después de comer, recién echada la hierba, todavía sin empapar y sin que se hubiera empañado el objetivo de la cámara, que es lo que pasó un instante después de haber tomado la foto. El té es del común, el que se puede comprar por ejemplo en la C/ San Luis de Santander, no del que tenemos comprado en Olea a un paisano, aquí.

Y es que cuando digo sistematizar lo que quiero decir es extraer un patrón o un esquema que lo represente todo, incluidas las variantes, caso de las que yo mismo introduzco, tales como tomarlo sin azúcar o frío, que quedarían como éso, variantes.

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