miércoles, 20 de mayo de 2020

En torno a la duda de por qué los "corros" de bolos son rectangulares

"En aquel momento empezaron a oír el ritmo distante de los tambores. Llegaba desde la dirección del ilo, el parque de juegos del pueblo. Cada pueblo tenía su propio ilo, que era tan antiguo como el propio pueblo y donde se celebraban todas las grandes ceremonias y los bailes."

Del imprescindible Todo se derrumba (1958) del escritor nigeriano Chinua Achebe, que cito por la edición del Círculo de Lectores.

El equivalente al ilo nigeriano es el corru montañés.

Siempre me llamó la atención que al corru de bolos, siendo éste impepinablemente rectangular, se le llame precisamente corru, que remite, al menos en apariencia, a una forma circular. El espacio que rodea la iglesia también recibe el nombre de corru, aunque éste ya cabe la posibilidad de que sea sustantivamente circular.

¿Será que en los pueblos había un espacio destinado a las actividades colectivas en origen circular que fue colonizado poco a poco por distintas infraestructuras, sean lúdicas, religiosas o de cualquier otro tipo, de asentamiento no necesariamente circular, que acabaron tomando el nombre del espacio original, el corru?

No sé, no lo creo.

Más bien me parece que la raíz CORR- pudiera ser prerromana, nada que ver con el carro latino, y que en origen no tuviera el valor "circular". Hace tiempo, concretamente aquí, explicaba que en Cabuérniga cuerre es cualquier cercado levantado sin mucho esmero, a seco. En asturiano cuerre es el recinto destinado a guardar las castañas dentro del erizo, pero en cántabro no. En cántabro a este recinto para guardar las castañas según se cogen del árbol se le llama carril (Peñarrubia) o carrozal (Cabuérniga), aquí. En cántabro cuerre es lo que digo. Que la cuerre cántabra se asuma que es circular es casi inevitable, pero porque las líneas curvas son más fáciles de resolver que las líneas rectas y cerradas en ángulo, como se explicó aquí, no porque las cuerres tengan que ser circulares.

Siguiendo lo dicho, el cántabro cuerre podría pertenecer a la primera generación de la raíz prerormana CORR-, que no remitiría a círculo, al menos no en lo sustantivo, sino a cierres de piedra endebles. Así, el corru de la bolera lo sería no por circular sino por hallarse ésta delimitada por un cierre de piedra endeble, como a veces sucede. El corru de la iglesia igual, aunque en este caso, como decíamos, sí puede darse el caso de que sea más o menos circular.

¿Y el resto de palabras cántabras de la familia que sí transmiten la idea de círculo, por ejemplo corru, "pato doméstico", por nadar en círculos (según creo), u otras recogidas aquí, cabría entonces considerarlas derivadas del campo semántico que traslada esta primera generación representada por el cántabro cuerre? Probablemente sí.

Y ésta es la razón por la que se habla del corru de bolos. No hay que pensar en un rectángulo inscrito en un círculo, sino en una bolera lógicamente rectangular acotada por una pared a seco, el corru, también rectangular, pese a que a día de hoy cuando hablamos de corros la cabeza se nos vaya sin querer a los corros circulares.

1 comentario:

Serrón dijo...

¿Qué fue primero? ¿Los barrios se organizaron en torno a un espacio central destinado a distintos usos (religiosos, lúdicos o cualquier otro) de carácter colectivo (ésto habría que revisarlo porque siempre hay sectores marginados, también si no más en las sociedades tradicionales, si es que cuando hablamos de colectivo no estamos haciendo referencia indirecta al resultado de una pelea entre sectores de la que el ganador acaba convirtiéndose en eso que llamamos colectivo) acotados por corros, una especie de ilo nigeriano, o estos corros se levantaron subsidiariamente en los intersticios de los barrios, que sabemos no suelen estar pegados unos a otros? En Sopeña de Cabuérniga por ejemplo había un espacio central entre barrios donde estaba el corru de bolos y árbol concejil, éste hoy desaparecido y la bolera de camino, si antes no se remedia. No había iglesia, solo una ermita emplazada en un espacio secundario, además de los santucos, que juegan en otra liga. La ermita se vino abajo y a finales del s. XIX se levantó la iglesia en el espacio central, probablemente coincidiendo con la desaparición del árbol concejil. Es un proceso, pues, de resignificación y ocupación del espacio central por parte de las autoridades: fuera árbol concejil y dentro iglesia. Es un proceso digno de estudio; ahí lo dejo. ¿Será igual en otros pueblos? En Lamiña por ejemplo la iglesia está en un aparte. En Valle también. En Terán la iglesia es la de todo el valle y está ocupando el espacio central, esta vez sí, pero de todo el valle, no del pueblo, y además se superpone a una castañera que es de absoluta referencia en el valle, la castañera, no necesariamente la iglesia.

¿Cuál es mi opinión? Que sí hay un espacio central a escala valle, representado por La Castañera de Terán, que se replica a escala menor, en los pueblos, por ejemplo en Sopeña, espacio central sometido a distintos procesos de resignificación de los que incluso los corros podrían ser un intento de consolidación, de encarnadura, espacio central que a su vez se proyecta, como salpicaduras, en los intersticios de los barrios o que se emula en barrios florecientes. Un ilo nigeriano pero a la cántabra.

Archivu del blog