"El porro era el palo típico del vaquero, de recia madera de roble, sin olvidar otras especies cuando la ocasión se presentaba, terminados en un abultamiento en forma de porra y con muchas curvas a lo largo del palo. Normalmente les pintaban de negro en su tercio inferior, gracias a tenerlos, hasta meses, metidos en las turberas que hay por algunos lugares de nuestros montes, como el Llano de Abedules, la Braña la Casa, en el Lodar, o el sel de Felipe, en el monte de Soto, aunque este tiraba más a pintarles de rubio."
Al humor de la pusiega, con los vaqueros del siglo XX de Nicanor Gutiérrez Lozano (Librucos, 2017), p. 86.
En Cabuérniga, y apostaría a que también en Campoo, los palos con porru (el abultamiento que dice el autor) son cachiporras. En el Alto Nansa, al menos, a las turberas se las llama albarizas, aquí y aquí, y aquí.
Me explican en Carmona que los porros se pintan de negro como reminiscencia de la costumbre que se tenía de hundir las cachiporras en las albarizas, ignoro el motivo, no sé si por hacer bonito o por conferir algún tipo de propiedad (real o imaginaria, simbólica) a la madera, lo mismo que ocurre con las abarcas o albarcas, que se las somete a tratamientos complejísimos, al menos vistos desde fuera. Lo negro de la cachiporra puede terminar recto u oblicuo. Cuando termina oblicuo es porque las cachiporras se metían tendidas para que no se vieran a lo lejos.
Las cachiporras son palos, lo mismo que las picayas, que es cuando el palu termina de forma natural en curva, para la mano.
El palu puede ser de turcías, que es cuando de forma natural ha sido estrangulado por una liana:
Las lianas tambien se conducen para que den al palo la forma que el paisano quiere.
Donde más saben de madera es en Carmona. En País Vasco han creado un grupo de investigación centrado en la madera. Han abierto sede enfrente del Guggenheim. En Cantabria son cosas de los de la boina, dicen en los despachos. Y luego que si los vascos chantajean al Estado.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Archivu del blog
-
►
2024
(447)
- ► septiembre (36)
-
►
2023
(539)
- ► septiembre (37)
-
►
2022
(470)
- ► septiembre (34)
-
►
2021
(491)
- ► septiembre (47)
-
►
2020
(430)
- ► septiembre (39)
-
►
2019
(496)
- ► septiembre (52)
-
►
2018
(445)
- ► septiembre (43)
-
▼
2017
(405)
- ► septiembre (24)
-
▼
mayo
(44)
- El Archivo Lafuente, Noceda y El Diario Montañés
- Rumores
- Miga
- Bolera desaparecida de Santander
- Tejas debajo de los hitos
- Asientos de madera en la alameda
- Comentarios contrarios a un libro de poemas en ast...
- Toponimia en el PROT
- El nombre antiguo de Santander
- Estela veraniega
- Urdaibai
- Pepe contra Lolo
- El Gobierno de Cantabria y el Archivo Lafuente
- Duález, a un paso de Torrelavega (y mención fugaz ...
- Libres y el Ateneo de Santander
- Factura
- Y es cierto
- Desembarco
- Alimento
- Quemando libros en Santander
- Invasoras
- Práu San Roqui, Sanander (dendi visual sellenca)
- "Ebi" aka Susumu Yokota - Zen full Album (1994)
- Latidos
- Ecosistema
- Sin obligaciones
- Xandru Fernández al roti l´asturianu y las literat...
- Monolingüismo, el monóxido de carbono de las cultu...
- Susumu Yokota - Future Tiger
- Gozne La Marina / La Montaña
- Cachiporras, porros, albarizas, picayas y palos de...
- No tóu se jaz
- Panorama
- Descripción de las cabañas de pastor, editorial Li...
- Presentación de "La destrucción de la ciudad" en L...
- II Ciclo de conferencias sobre historia y patrimon...
- Antiguu asubiaeru en portalá tresmerana
- Cueva de Eros
- Manuscrito cabuérnigo del s. XII a la venta
- L´Españal, Bejes
- Correor y balcón en Liébana
- Tuve un amigo que se apellidaba Portilla
- La Folía no es para los políticos
- Iglesia de la Santa Cruz
-
►
2016
(274)
- ► septiembre (25)
-
►
2015
(331)
- ► septiembre (15)
-
►
2014
(220)
- ► septiembre (14)
-
►
2013
(445)
- ► septiembre (20)
-
►
2012
(183)
- ► septiembre (23)
-
►
2011
(173)
- ► septiembre (17)
-
►
2010
(220)
- ► septiembre (30)
-
►
2009
(199)
- ► septiembre (18)
-
►
2008
(103)
- ► septiembre (23)
2 comentarios:
El otro día en la feria de la alubia de Casar de Periedo pregunté a un paisano que vendía palos por el nombre de la agarradera de la cachiporra y me respondió que "cacha".
arregucir: enroscarse las plantas trepadoras.
Publicar un comentario