"yo veía el mundo desde mi ventana, el mundo que veía se extendía hasta perderse de vista, delante de mi ventana planté un árbol y me enamoré de él, lo vi crecer, crecer, crecer, ahora es grande y muy bonito, pero ya no veo el mundo que se extiende hasta perderse de vista"
De El espíritu de las vacas (De Conatus, 2020) de Abel Neves, p. 155, aquí.
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