viernes, 20 de mayo de 2022

La recepción

El palacio es de hace tres siglos.

Se levantó de nuevas, no hay nada dentro

nada previo, digo.

Salieron a recibirnos a la puerta del jardín.

Amenazaba galerna

pero todavía no se había puesto a llover.

Las hojas de los árboles cardaban el viento.

Yo me había echado crema protectora por si el sol

pero no había, toda la mañana sofocado

en el salón imperial, en el oriental

amarillo el primero y rojo el segundo.

Se oían los portazos, la corriente.

El viento levantaba alfombras persas

de miles de euros, de miles de hilos 

(no había sol y el ruido de las hojas

el ruido del jardín, ni sol ni charcos 

había, el ruido parecía de lluvia)

las alfombras, las pisé todas.

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