me pongo la ropa que dejé preparada anoche
me la quito porque no me convence
me pongo otra camisa y otra chaqueta
quito de la primera el pin de la institución
y lo pongo en la solapa de la segunda
cojo la documentación que tengo que presentar
estuve toda la tarde de ayer rematándola
y el termo de café que me ha dejado Raquel
encima de la mesa de la cocina, con una nota
antes de marchar, lo meto en una bolsa de plástico
por si se me derrama que no manche
una bolsa verde que me huele a pescado
la tiro sin pensarlo y cojo otra: no sé por qué.
Porque huele a pescado, sí.
Pero no sé por qué no me vale.
Nunca me reí de un niño que oliera a vaca
en Cabuérniga, nunca si olía a pescado
en Colindres, ¿qué me ha pasado?
Lo que quería, ¿era esto?
Me equivoqué con el betún y eché negro
cuando las botas son marrones.
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