miércoles, 19 de febrero de 2020

Obras de ingeniería popular en Cabuérniga y el necesario (y tradicional, muy nuestro) respeto al entorno

El Paredón de Cabuérniga termina en las estribaciones del monte. No deja paso, tienes que saltar del lado del municipio de Ruente o del lado del municipio de Cabuérniga, ambos en el Valle de Cabuérniga. Esta construcción es, pues, además de escollera y camino en altura, una frontera.

Del lado cabuérnigo los prados reciben el nombre genérico de El Zalcéu, "la sauceda" en castellano.



La de arriba es El Zalcéu dijendo a La Canalona y la de abajo El Zalcéu dijendo a La Cruz.



Los prados de El Zalcéu tienen una zona de contención que es medio prado medio monte, preciosa. Las paredes que colindan con el monte son considerables, algunas parecen verdaderos encofrados.



En los prados por lo general no suele haber árboles, lógicamente, exceptuando algunos que se dejan crecer (porque no hacer nada es también una decisión) o se plantan para protegerse y proteger al ganado de las inclemencias del tiempo, no solo del sol, y supongo que también para que el ganado ramonee. En los prados que están frente a Barcenillas, del otro lado de la carretera, los árboles me parece que incluso están alineados. Pero en torno a la pared perimetral es otra cosa. Es frecuente ver en los prados próximos al monte cómo los árboles del borde, del lado del monte, dejan caer sus ramas en forma de dosel por encima del perímetro del prado, supongo que porque los animales comen las hojas y provocan esa forma. Y hay prados, como éstos de El Zalcéu, que dejan paso a los árboles, creando una zona intermedia, una zona de contacto, como decía, muy bonita. Esta última opción no sé si es muy frecuente. Supongo que en los últimos tiempos los árboles estén saltando del lado del prado por desatención de los propietarios, en general. Pero en éstos de Cabuérniga me parece que la explicación es otra. No sé si será extrapolable a otros casos. Y es que en El Zalcéu se ve que se han tomado de antiguo (los antiguos, con los que todavía se conserva el vínculo mental, aunque cuando ya no se entienda el porqué de las decisiones que tomaron imagino que se pierda este vínculo, su memoria) una serie de decisiones, decía, tomadas por los antiguos, relacionadas con la gestión del agua impresionantes.

En general, las corrientes que bajan del monte se han reconducido nada más tocar el prado en paralelo a las estribaciones del monte en dirección a El Paredón y el río, aprovechando la caída del terreno.



Que este espacio de transición era un espacio de contención respecto al monte lo decíamos al principio. Ahora a lo mejor tenemos que añadir que también es un espacio destinado a la gestión del agua. Es capa sobre capa. Los árboles estarían jugando ahí un papel probablemente relacionado con la compactación del terreno.

Por encima de esta zona de transición, ya del lado del monte, hay un camino muy bien trabajado aunque hoy prácticamente perdido.



Este camino paralelo al río se topa con lo que parece un toral, aquí, que baja en perpendicular.

Oriente, foto tomada desde el toral, encima:



Occidente, tomada igual que la anterior:



Es el espacio cubierto por bosque autóctono flanqueado por pinares que se aprecia en la siguiente foto:



No es la primera vez que encontramos algo parecido, incluso en esta misma falda del monte, aquí.

Los torales sabemos que se han empleado tradicionalmente como vías. De hecho son fundamentales para pasar de valle a valle, por ejemplo La Balsemana entre las rías (con el significado cántabro de cuenca hidrográfica) del Saja y el Nansa.

Este toral cabuérnigo está en su lado oriental reforzado con paredes y se ha abierto un pequeño canal para el paso del agua.



Pero en su lado occidental tiene una obra impresionante.



Ésta es la profundidad media en la desembocadura:



A medida que se asciende:



La foto anterior es del lecho del canal, está hecha en vertical. La siguiente está hecha desde dentro.



Termina sumiéndose en el monte, creo, no pude seguir:



Impresiona el intenso trabajo realizado a medias con la naturaleza, muy parecido, por otra parte, al de los camberones, aquí y aquí, trabajo que refleja un intensísimo conocimiento del entorno y un respeto hacia el mismo máximo.

Son ejemplos así los que habría que estudiar y difundir para hacer pueblo, pero no solo, para hacer sobre todo pueblo consciente, pueblo que es en relación siempre respetuosa con los demás y con lo que le rodea.

1 comentario:

Raúl Molleda García dijo...

El toral nansu es pernal cabuérnigu.

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