En el bloque de al lado había una terraza, pero en un piso, una terraza abierta donde el propietario, que todavía no ha venido de vacaciones, tiene puestos hasta tres banderines españoles, que hayamos podido contar.
Primero llegaron las palomas. Se posaron en los barrotes de la terraza y otras, algunas menos, en un tendal de pared. Luego llegaron las gaviotas y espantaron a las palomas. Se posaron en los mismos sitios, en los barrotes principalmente.
Las banderas han estado flameando, el tiempo no ha sido bueno en todo el día pero ha ido empeorando conforme avanzaban las horas. Teníamos pensado comer un helado pero finalmente desistimos.
Las palomas y las gaviotas persiguiéndose, turnándose en la terraza de las banderas.
Frente a nuestra terraza había un jilguero piando en la copa de un árbol.
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