En nuestra iglesia había tres puertas, la que utilizaban los vecinos del propio Viaña, de frente, la de Correpocu a la derecha y la de Rozas a la izquierda, que era más pequeña que las otras dos.
Iglesias en el valle no había más que dos, la de Terán y esta nuestra.
El cementerio nuestro no estaba donde ahora sino al pie de la iglesia. Cuando hicieron obras salieron huesos.
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