(mi abuela debía creer que mi madre estaba utilizando un diminutivo patrimonial para referirse a los patos y ganársela, y ella, malhumorada, sin saber muy bien de qué le estaba hablando su hija, blandía la palabra sin diminutivo)
Mi madre insistió hasta que mi abuela le sacó un tarro que tenía escondido en el cornejal y le dijo, mira, cuando esté lleno hasta aquí, y señalaba la boca del tarro, compramos los patos. Mi madre se conformó. Finalmente le compraron los patines.